Vísperas del gran día
Cuando consideró que ya estaba hecho un pimpollo, llamó al futuro vicepresidente García Linera y lo primero que le preguntó fue si ya se había bañado, engrasado y fumigado para el gran día
Siempre tuve la inquietud por conocer qué cosas Evo Morales hizo en las vísperas de su ascensión al poder, porque cuando yo era muy pequeño una tía me dijo: Las vísperas de mi matrimonio fueron más emocionantes que el día de la boda.
Sin embargo es tan difícil encargar a la imaginación lo que pudo suceder a otro personaje por muy fantasioso que uno fuera que ya podrán imaginar mis lectores el descomunal esfuerzo que debe realizar su columnista para relatar aproximadamente bien las emociones que vivió Evo Morales un día antes de ser elegido Presidente Vitalicio de Bolivia y las acciones, conversaciones y confidencias que el personaje pudo hacer a los testigos de su vida en ese momento.
A primera hora ordenó a unos de sus más cercanos servidores que le prepararan un pediluvio, pues quería estrenar su vida presidencial teniendo los pies muy limpios. El asistente (que después fue honrado con el cargo de Ministro de Deportes) le preparó un balde con agua muy caliente, mientras una empleada le frotaba las extremidades inferiores con jabón y lociones, pues tres días antes había estado jugando fútbol a modo de despedirse de sus amigos cocaleros, pertenecientes a las Seis Federaciones del Chapare.
Posteriormente un miembro de la Embajada Norteamericana que espiaba al personaje, le llamó por teléfono para felicitarlo por su ascensión al poder sempiterno, dándole a conocer que en los Estados Unidos un presidente sólo puede ser reelecto una vez.
Informaciones confidenciales me hicieron saber que a continuación del pediluvio hizo llamar a su peluquero particular para que le hiciera un corte y un peinado al estilo de Madame Pompadour, pero con aire masculino, pues a continuación debería llamar a su amiga predilecta Gabriela Zapata, quien estaba emocionadísima al pensar que podría transformarse en la primera dama del Estado Plurinacional y Folklórico, algo que felizmente no acaeció.
Cuando consideró que ya estaba hecho un pimpollo, llamó al futuro Vicepresidente García Linera y lo primero que le preguntó fue si ya se había bañado, engrasado y fumigado para el gran día que cambiaría la vida de ambos para siempre. Álvaro le dijo que ya estaba casi listo pero encontraba dificultades para colocarse los gemelos en los puños de la camisa, pero que salvado este percance se dirigiría al Palacio Legislativo, donde les estarían esperando personajes muy importantes como los Presidentes de Venezuela y Cuba. Evo le dijo que se encontraba algo nervioso pero que en ese momento le estaban haciendo unos masajes en el cuello y cabeza que lo estaba relajando. Todo se encontraba a punto para el gran día.
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