Los invisibles de la sociedad
Estos días he observado con más frecuencia y en más calles de la ciudad a varios niños y niñas, de entre 5 y 12 años, con un trapo en la mano para limpiar los parabrisas, con una canasta en la que te ofrecen dulces o, simplemente, utilizan la mano para pedir dinero a las personas que están en sus autos aprovechando que el semáforo está en rojo.
Se ha hecho tan común ver esas imágenes que prácticamente muchas personas las ignoran y otras todavía se conmueven y les dan algunos centavos.
Sin embargo, me pregunto: ¿qué historias están detrás de estos pequeños que a tan corta edad se enfrentan al mundo por sí solos?
Veo que algunos niños tratan de divertirse en “su lugar de trabajo”, pero muchos no pueden hacerlo porque están rodeados de personas (que no siempre son sus padres).
Al lado, o lejos de ellos hay algunos ojos vigilándolos para que sigan pidiendo dinero.
Estoy segura que más de una persona quisiera agarrar a los pequeños y llevárselos a todos para darles una mejor vida.
Este grupo de pequeños pobladores forma parte de los “invisibles de la sociedad” que se suman a los ancianos, otro sector poblacional que también está apostado en las calles; muchas veces sucios, apenas vestidos y casi siempre delgados.
Es cierto que las causas pueden ser varias. Desde la falta de valores que se deben generar en las familias y que cada vez se van perdiendo; pero también es importante que las autoridades pongan atención a estos grupos vulnerables y trabajen en las políticas públicas serias bien dirigidas.
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