Post Haya
Aún si el Fallo final de la CIJ otorgara a Bolivia todo cuanto demandó, éste requerirá como paso previo decidir qué, cómo y dónde se quiere obtener soberanía. Si la hipótesis del corredor es a través de la actual frontera entre Chile y Perú ¿por qué no se trilateraliza la solución? ¿Por qué se prescinde del Perú? ¿Por qué presionamos a Chile a que unilateralmente ignore el Tratado de 1929? Esta hipótesis alteraría los límites peruano-chilenos consagrados en el Tratado de 1929 y el límite marítimo “quebrado” definido en la sentencia de la CIJ del 2012, lo que hace que una salida al mar para Bolivia por esa zona se convierta en una idea tan complicada, que es difícil siquiera imaginarla. Forzar la cesión de un corredor soberano entre Arica y Tacna pondría fin a su vecindad y arruinaría la integración económica y social que hoy les beneficia. Esa dinámica ¿se pondría en riesgo por satisfacer la necesidad de un tercer Estado en la zona? Dejar de tener frontera común no es algo que les conviene por motivos que van desde lo geopolítico hasta lo comercial. Luego, sería irónico que Bolivia recuperara territorio perdido en la guerra del Pacífico y el Perú no. Perú nos cedió el “despreciado” puerto de Ilo, y ahí termina su solidaridad. Un corredor al mar a través de territorios que pertenecieron al Perú podría motivar el pedido a Bolivia de una compensación. Además, esta solución necesariamente modificaría los límites terrestres establecidos en el tratado de 1904, única forma de obtener soberanía.
Suponiendo que “el diálogo de buena fe” resultara en un acuerdo, cualquiera fuere, éste debe ser sometido a los únicos titulares de la soberanía: el pueblo chileno y boliviano, pues ningún gobierno tiene ius imperium y no se arriesgará a decidir solo. El interrogante estratégico es: Si un hipotético referéndum chileno al respecto lo aprobara, ¿aceptaría el pueblo boliviano las condiciones y compensaciones que exigirá? Y si lo rechazara, ¿podrá el Consejo de Seguridad la ONU obligar a Chile a entregarnos una salida “soberana” al mar? Recordemos que existen numerosos países que no han acatado los fallos de la Corte porque saben que el Consejo de Seguridad tiene mecanismos de presión, pero no de coacción.
Terminemos con la euforia estéril, terminaremos donde comenzamos. Al ser un conflicto de poder antes que jurídico político, sin la voluntad de Chile, no tendremos jamás soberanía marítima.
El autor es abogado constitucionalista
Columnas de WALDO TORRES ARMAS