Esquina del amor
De todo ese listado destaca una institución llamada Trabajadoras Sexuales La Esquina del Amor. Lo único que se conoce es que hicieron su aporte en ésta y en anteriores versiones de la Telemaratón
De donde menos se espera proceden los más significativos hechos y actos de amor. El día domingo se publicó una separata que informó sobre los resultados obtenidos en la Telemaratón, así como el listado de las personas y empresas que aportaron a esta noble tarea y que estuvo destinada a apoyar al Centro Puntiti para niños con parálisis cerebral.
De todo ese listado destaca una institución llamada Trabajadoras Sexuales La Esquina del Amor. No se sabe cuánto aportó, al igual que el resto de las demás empresas y personas, lo único que se conoce es que hicieron su aporte en ésta y en anteriores versiones de la Telemaratón.
La fantasía da para mucho y es posible imaginar que una trabajadora tiene a su niño o niña en ese centro y une fuerzas con sus colegas para realizar el aporte.
O puede suceder que una de ellas tenga a un familiar con parálisis cerebral. Sin embargo, los argumentos caen, ya que año a año acuden con su recaudación, demostrando que simplemente contribuyen porque les nace del corazón.
Y ésa, es quizá la razón más importante y no los justificativos fantásticos que puedan emerger de una cabeza bullente de ideas, probando que la cooperación de las integrantes de la Esquina, así como la de otros miles de conciudadanos sumaron centavo a centavo para superar la meta del año anterior.
Son hechos como este que le ponen color a la vida. Porque surgen de lugares insospechados. El resultado, para quienes no son sordos del alma, son ojos llorosos, un nudo en la garganta y un agradable calor expandiéndose lentamente por el alma.
Porque, qué difícil es, a veces, comprender, como decía Antoine de Saint- Exupéry que lo esencial es invisible a los ojos y no se ve bien si no es con el corazón.
Sólo con el corazón se logran grandes aciertos. Empero hay muchos de estos corazones que poseen la extraña tendencia de perderse entre laberintos banales de dimes y diretes, de invitaciones a farras que no recibieron y de vanas ofensas sociales por un chisme que corrió como meme político en Whatsapp.
La Comunidad Terapéutica Puntiti es atendida por las Hermanas Hospitalarias. Cuenta con 80 niños y adolescentes con discapacidad mental profunda, 60 de ellos fueron abandonados por sus padres y 20 son externos, es decir, acuden para recibir terapia y educación, pero tienen familias donde pueden regresar.
Con los más de dos millones de bolivianos recaudados, se construirá un nuevo centro de rehabilitación y estimulación temprana y se prueba, una vez más, que la solidaridad, ha juntado a corazones nobles por una buena causa.
La autora es máster en comunicación social y periodista
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER