Los militares de la Bolivia actual
Acabo de leer un hermoso libro titulado Pedro Blanco en la encrucijada. Su autoría corresponde al investigador, exdirector de Cidre, expresidente del Comité Cívico de Cochabamba y ex iplomático en Europa ante NNUU, el Lic. Álvaro Moscoso Blanco.
Enseguida, el correo electrónico me trae una imagen insólita de uniformados cargados de preseas pectorales bailando una cueca boliviana en un salón cualquiera.
El registro primero, me obliga a evocar el tiempo histórico de las grandes batallas de la Independencia, a nuestros próceres inmolados Francisco del Rivero, Mariano Antezana, Esteban Arze; Aroma, las Heroínas de la Coronilla. Los Guerrilleros del Altoperú. Los combates de Zepita, Junín, Ayacucho. Los Libertadores Bolívar, Sucre, Blanco, Galindo, O´Connor, Urdininea, Santa Cruz; el incidente del 18 de abril, el pronunciamiento de Pedro Blanco contra la constitución “Vitalicia” y las fuerzas colombianas; los términos de Piquiza para expulsar a esas fuerzas de ocupación que violaban la dignidad de la república naciente. La Tablada, Iruya, Montenegro. La lucha del pueblo y el ejército contra el sexenio bárbaro de Melgarejo, la Cantería; el heroísmo de nuestros soldados en el Pacífico, el Acre y el Chaco. El soberano levantado en 1930 por la democracia contra el prorroguista Hernando Siles. La Junta Militar de honor presidida por Carlos Blanco Galindo. Esas eran FFAA respetables.
Por el segundo, observo en mi celular a unos uniformados de salón, improvisando unos pasitos, pañuelo en mano, cual margaritas rubendarianas. El mensaje visual es agresivo. Toda la belleza histórica anotada, contrastada en un registro fílmico de breves segundos. Ningún contenido patriótico. Y la CPE, quizá no fue descifrada por el Ejército aunque juraron hacerla respetar. Ante los hechos políticos denigrantes, en lugar de tomar la palabra y actuar, bailecitos. Ninguna reacción viril; más bien, complacencia ante la represión policial al soberano.
El autor es exsenador por Cochabamba
Columnas de GASTÓN CORNEJO