La vida a los 80
Privilegio de comunicador es poder alguna vez referir su experiencia de vida a sus lectores. Así dividir los 80 en dos grandes capítulos. 43 en Bolivia, 37 en Suecia. Una primera vivencia en Potosí (mi ciudad natal) y Sucre donde ejercité mi latín aprendido con las hermanas de Santa Ana “Credo in Unum Deum” y el quechua practicado con niños invidentes, “Potosino kani sumaj orkojmanta”, hasta cuando Genaro Saavedra Pérez me pidió “ven a trabajar conmigo” (Radio Aspiazu, La Paz) y me introdujo en el arte del periodismo radiofónico en su Diario Oral, tan popular que por altavoces lo seguían en toda la geografía. “¿Conocen algún radialista que quiera ir a Siglo XX?” fue la pregunta de Lyno Granier fundador de radio Pío XII y la respuesta positiva de Eduardo Bracamonte. Embarcarme con Lyno fue una gran aventura que me llevó de la mano a Lima, a Quito, a Panamá y en Colombia a Radio Sutatenza de monseñor Salcedo, creador de la alfabetización radial, por las ondas cautivas de miles de receptores que repartía sin costo por campos y ciudades.
De Siglo XX con la partida de Lyno al Canadá me hice cargo de las relaciones públicas de Comibol y Radio Chuquisaca e Illimani hasta visitar Radio Centro en la llajta, por encargo de Victor Aguilar, cuando los trabajadores del Lloyd Aéreo Boliviano contrataron mis servicios en Radio Nacional (tres años). Entre el LAB, la Alcaldía Municipal y el Comité IV Centenario (la primera Feria Internacional) transcurrieron 15 fecundas primaveras y la llegada de mis seis hijos que hoy son el remanso que permite ver crecer a 11 nietos. Fui trasladado por obra y gracia de García Meza de La Paz a Buenos Aires, de allí a Escandinavia donde floreció nueva vida, lejos de la persecución y el oprobio por el amor a la Libertad, la justicia social, la democracia.
Tres hitos en el prolongado exilio. Uno en Buenos Aires a la espera de la familia y los permisos de residencia y de trabajo que Acnur (léase Naciones Unidas) tramitó ante el reino de Suecia. Dos. Estancia en Estocolmo, cursos y práctica de cooperativismo en Dubronic (entonces Yugoeslavia) y en Madrid posgrado en comunicación social para retornar a Cochabamba donde Radio Litoral y la TV me abrieron puertas 1990, 91 y 92) cooperando en tareas comunales y un posgrado con la UMSS (CESU).
De pronto con los 80 veo todo el panorama de la vida en pocos minutos y las 410 palabras con la licencia generosa de Los Tiempos que me acoge ya por medio siglo.
El autor es periodista
Columnas de MAURICIO AIRA