Vías y flora en el Corso de Corsos
Cada año, la ciudad sufre de caos vehicular y daño a los árboles durante los preparativos y la realización del Corso de Corsos.
Los bailarines recorren El Prado y la avenida Ramón Rivero, en las aceras se ubican tarimas, que este año fueron instaladas desde el miércoles en la noche.
En la Ramón Rivero quedan pocos árboles y algunos plantines tratan de crecer en las aceras, pero esta semana fueron doblados y, en algún caso, cortados por comerciantes, en su afán de ganar espacio para instalar graderías.
Mientras que, en El Prado, los árboles son aprisionados por toldos, bajo los cuales se instalarán sillas.
Ayer, las vías amanecieron cerradas desde el extremo este de la avenida Ramón Rivero, lo que ocasionó colapso vehicular en la zona. Y de hecho que hoy el cierre de las vías en el recorrido es total y muchas personas tendrán dificultades para trasladarse, incluso a pie. Mientras las calles se llenan de basura y las jardineras son maltratadas. Cada año ocurre lo mismo en Carnaval.
Aunque los funcionarios de Emavra realizaron una inspección y aseveraron que está prohibida la manipulación de los árboles, ramas y troncos bajo multas de hasta 1.500 bolivianos.
Además, la Unidad Forestal anunció que los guardias ambientales realizarán controles permanentes para evitar daños a los árboles.
Mientras, los vecinos optaron por cubrir la vegetación con alambres de púas y plásticos.
Sin embargo, los vendedores no paran. Ayer en la tarde, unas mujeres medían las plantas que se encuentran en la acera cercana al palco oficial, en la avenida Oquendo y Ramón Rivero. Decían que pondrían una tarima con una altura suficiente para no estropearlas.
¿Se venden los metros cuadrados sin importar lo que exista en el lugar? ¿A pesar del tiempo que se lleva realizando el Corso aún no se tiene previsiones ambientales y de transitabilidad?
Periodista de Los Tiempos
Columnas de Yvonne León