Caso VAR, desinformación y complicidad
Para quienes amamos el fútbol, y queremos que el de nuestro país mejore, es imposible no indignarse ante la versión oficial de la Federación Boliviana de Fútbol con respecto a la propuesta de financiamiento del sistema de asistencia de video para el arbitraje (VAR) por parte de un conocido empresario boliviano.
Nuestro fútbol vive un momento crítico en general, y particularmente con respecto al arbitraje, cuyos errores han determinado resultados de muchos partidos, razón por la cual Marcelo Claure, presidente de Baisa, empresa que maneja las finanzas del Club Bolívar, ofreció correr con el costo total de la implementación del VAR para el fútbol boliviano con la finalidad de aportar una herramienta que reduzca los errores arbitrales decisivos. César Salinas, presidente de la FBF, aceptó. Claure pidió a la FBF que envíe la respectiva solicitud a la FIFA y afirmó que él se encargaba del resto. ¡Teníamos VAR! ¡Por fin una buena noticia para el fútbol boliviano! Pero no, los hechos posteriores demostraron que Salinas aceptó solamente porque creyó que Claure no cumpliría; prueba de ello: hasta ahora la FBF no envió la solicitud a la FIFA.
Posteriormente, Claure anunció que Baisa y el Club Bolívar realizarían en el partido Bolívar-Guabirá una prueba del VAR ofrecido, llamado VAR Orex, para demostrarle a la FBF su viabilidad, por lo cual Salinas, antes de dicho partido, supuestamente para prevenir consecuencias, sin consultar en qué consistía la prueba y en una clara muestra de intención y predisposición adversas, envió una queja a Conmebol dando a entender que la prueba pretendía aplicar el VAR en ese partido sin autorización de la FIFA.
Es evidente que la dirigencia de Baisa no pretendía aplicar el VAR en ese partido, y no lo hizo. ¿Qué autoridad tendría Baisa sobre los árbitros para darles la instrucción de consultar las jugadas con el VAR? Absurdo. En los hechos, como era de esperarse, fue una prueba técnica, un simulacro interno del VAR, y no repercutió en el partido. La FBF sería la más beneficiada con la donación del VAR, entonces ¿Por qué se quejó de la prueba en vez de pedir información sobre ella?
La respuesta de Conmebol a la queja llegó días después, catalogando de inválida la prueba “por no cumplir con los requisitos del protocolo FIFA” y afirmando que la FBF podía recibir sanciones “por incumplimiento de las reglas del juego”.
Lo cierto es que como fue una prueba interna, que no tuvo injerencia en el desarrollo habitual del partido, no necesitaba validación de la FIFA, ni tampoco incumplió alguna regla, por lo tanto, no merecía sanción alguna, lo cual el tiempo corroboró.
No obstante, Salinas siguió desinformando; afirmó que la FBF podría ser sancionada “por culpa de Claure”, y desde la FBF se informó que la FIFA rechazó el VAR Orex, algo que nunca ocurrió (ni siquiera solicitaron su autorización) y muchos medios de comunicación, irresponsablemente, lo difundieron como información confirmada.
Así ocurrió, y para confirmarlo basta con revisar con atención las pruebas y cartas. Lo más preocupante es que la FBF no quiere el VAR; lo único que se le pidió fue solicitar la autorización a la FIFA y, en lugar de eso, la única carta que envió fue de queja.
Así está el fútbol boliviano. Dirigentes que ponen intereses personales encima del beneficio del fútbol, y medios de comunicación que se prestan a ello. Y hasta ahora, quienes queremos VAR, seguimos esperando que la FBF envíe la solicitud.
El autor es relator y comentarista deportivo