¡Qué idea la de idea, Almagro!
Las desaprensivas y aciagas declaraciones que hizo el secretario general de la OEA, Luis Almagro, el pasado 17 de mayo en nuestro país, ya están rindiendo sus frutos. Avaló, apadrinó e internacionalizó, a nombre de la OEA, su defensa por el “derecho humano” que tiene Juan Evo Morales Ayma de ser reelegido a un cuarto mandato consecutivo: inconstitucional e ilegítimo, se entiende.
A poco más de cuatro meses para que se celebren las elecciones en Bolivia, el panorama se ensombrece cada vez más para el binomio Evo-Álvaro. Me gusta pensar que Almagro, en su buena fe, desveló su mala fe. Alborotó el avispero nacional e hizo que el rechazo de los bolivianos a la reelección de Evo & Cía. se convirtiera en un grave problema para la región. Ahora, el gran deseo de Evo de perpetuarse en el trono, ya es una irrenunciable preocupación para la comunidad internacional. Su candidatura inconstitucional pasó a formar parte de la aldea global de MacLuhan.
¡Su desfachatez e hilarante “derecho humano” a ser presidente vitalicio, se ha globalizado!
Más de 20 expresidentes y gobernantes iberoamericanos que participan de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), exhortaron al Consejo Permanente de la OEA para que “condene” la conducta de Evo Morales: “El intento de Evo Morales para perpetuarse en el ejercicio del poder, en fraude manifiesto a la Constitución y a la Convención Americana de Derechos Humanos, desnaturaliza el ejercicio de los derechos políticos y violenta de manera grave los elementos esenciales de la democracia”. La Declaración, avalada por los 21 expresidentes, hace énfasis en que es una conducta contraria a la Carta Interamericana.
Se sabe de sobra que Evo y sus elites de poder restarán importancia a esta Declaración, sin embargo, estoy seguro de que es el comienzo de una bola de nieve que se avecina sobre el evomasismo. Su desgobierno, frito por ambos lados, por la corrupción, el desgaste sistemático de la democracia, los escándalos y su batallita perdida por borrar la gruesa línea blanca del narcotráfico, está en su peor momento. Cada vez MAS, Evo, se hace menos. Trece años en el poder y jamás supo apuntalarse como un gobierno transformador, democrático, justo y progresista. El caudillismo se apropió de las conciencias de sus huestes y el evismo se reveló como una secta religiosa. Todo honor y toda gloria al supremo. Al jefazo que premia los desaciertos y las incongruencias, con embajadas y dádivas al por mayor y menor. Ese que se cree tótem y tabú. Un ídolo esculpido en reverencias que se replica en los rostros de miles y miles de súbditos. Ese que representa la cara oculta de la conciencia, de la verdad y la transparencia. Ese, al que se le rinde pleitesía todos los días. Un mortal tratando de alcanzar la inmortalidad. Impronunciable, inobjetable: Tótem y tabú. Rechazado y venerado. Evo, el supremo.
Y así, tras 13 años de evismo con su hermenéutica para desaprender la ética, la moral y el respeto a las leyes, se ha llegado al grado de desfigurar el rostro amable y tolerante del ciudadano. Se ha dado paso al hombre masa.
El hombre masa, decía Ortega y Gasset, es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas “internacionales”. Más que un hombre, es solo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori: carece de un “dentro”, de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene solo apetitos, cree que solo tiene derechos y no cree tener obligaciones.
Me complace pensar que cada vez más se le cierra el círculo a Evo y a su afán de perpetuarse en el poder ignorando los resultados del 21F. Los mecanismos para que se manifiesten los organismos internacionales en contra de un cuarto mandato consecutivo ya se activaron. Esto, sin duda, está plasmado en el pronunciamiento de los 21 expresidentes que participaron de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA): “Decidido a reelegirse perpetuamente, intenta reformar la Constitución y el referendo popular de 21 de febrero de 2016 se lo impide, a cuyo efecto, burlando a la soberanía y lo dispuesto por el constituyente, el Tribunal Constitucional, bajo su control, le permite reelegirse otra vez arguyendo que se trata de un derecho humano tutelable el que Morales siga ejerciendo la presidencia del Estado”.
Libertad, lucha y derechos fueron las consignas de los revolucionarios de siglos pasados que se enfrentaron contra las monarquías para terminar con los gobiernos de los hombres y edificar con solidez, verdad y justicia el gobierno de las leyes. Las reglas sobre las cuales se asentaron los principios legales de un país fueron claras y contundentes. Desprender al gobierno del Estado y que, a su vez, la sociedad adopte una organización jurídica en la que pueda ejercer sus derechos y obligaciones. Limitar el tiempo en las coyunturas políticas para evitar la corrupción, distorsión de la institucionalidad y, desde luego, el desgaste de la democracia y la adopción de gobiernos absolutistas.
Esas consignas revolucionarias se cumplieron, y se lograron desbaratar gobiernos corruptos, totalitarios, centralista, que conducían a sus pueblos hacia la opresión y a la obediencia.
América Latina es un ejemplo claro de esos vaivenes coyunturales. Entre tiranías, autoritarismos y perpetuidad en el poder, también forjó métodos para encontrar una estabilidad en sus gobiernos y en sus instituciones, que garantizaran bienestar social y una sólida protección económica y política.
Sin duda, ese es el contenido claro que demanda IDEA. Activar los mecanismos adecuados en defensa de la democracia y la alternancia de los gobiernos de la región, en estricto apego a las leyes y la obediencia a la voluntad que emana del soberano.
El foro internacional no gubernamental que agrupa a 37 exjefes de Estado y de Gobierno, ha sido claro y contundente con su pedido al Consejo Permanente de la OEA. Esto, sin duda, pone en evidencia el tremendo exabrupto de Almagro con respecto a la reelección de Morales.
Los expresidentes recordaron, además, que antes de la vigencia de la Carta Democrática, la Declaración de Santiago de Chile de 1959, adoptada por la OEA, disponía la “proscripción de la perpetuación en el poder” como principio esencial de la democracia.
El autor es comunicador social
Columnas de RUDDY ORELLANA V.