El cuento chino del calendario andino
ISANOFEAR (TOMADO DE TWITTER)
El primer año Nuevo Aymara fue en 1982 en el templo de Qalasasaya en Tiahuanaco, a las 5 a. m. El movimiento MUJA buscaba sobresalir mediante el indianismo y el katarismo y visibilizarse en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
En una de esas reuniones surgió la idea de tener un año nuevo, así como lo tenían otras culturas. El calendario gregoriano marcaba el fin de la década del 70 y el nacimiento del 80, y la idea de un nuevo año despuntaba entre indianistas universitarios.
Fue en 1981 que por primera vez se publicó el “ensayo del calendario Histórico Indio, 5to Sol 498: 22 junio 1981-20 junio 1982” con Depósito Legal Nro. 176/81.
Sobre esa base numérica señalan que el 21 de junio de 2017 se celebró el año 5525.
O sea que con el arribo de los españoles en 1492, que fue marcado como año 5000 por Moisés y Germán, al que suman los años que pasaron desde 1492 hasta 2017, el resultado es 5525.
¿En cuestión de astronomía no hay cuentos chinos ?
A ver, ¿de dónde sale entonces el calendario aymara? ¿Astronomía ancestral?
Tania Lopez responde que “de los ciclos agrícolas en conjunción con el movimientos de los astros”, lo que básicamente habría dado origen a su astronomía con el conocimiento de las constelaciones y su ubicación en cada época.
¡Los tiahuanacotas y sus descendientes no fueron bárbaros! y está comprobado que su sistema agrícola estaba basado en matemáticas, pese a no contar con una escala numérica; pero podían realizar cálculos casi perfectos. Fue así como construyeron su sistema, que es usado hasta hoy por los lugareños de distintos pueblos.
@NoFear21F
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