El heroísmo médico frente a la incuria política
1964. El Servicio Cooperativo de Salud de Cochabamba organizó una comisión voluntaria de investigación científica, integrada por el médico Eduardo Saracho López y la bioquímica Lily Cornejo Bascopé, ambos partieron al foco epidémico de San Joaquín acompañados de cinco estudiantes de medicina.
Encontraron el hospital lleno de enfermos graves atendidos por una auxiliar, Corina Ojopi.
Trabajaron arduamente durante tres semanas, ofrecieron cuidados básicos; sueroterapia, analgésicos, estreptocarbotiazol, eventual transfusión de sangre; vieron morir a muchos pacientes, como el médico estadounidense Meyer a quien se erigió un busto de homenaje; un alojado de su hotel les anunció: “voy a hospitalizarme”, falleció al amanecer del próximo día.
En 1971 se tipificó el primer caso de Cochabamba; en una joven beniana estudiante de enfermería oriunda de San Joaquín y de una tía que la visitó en el hospital Seton; ambas fallecieron. La enfermera Mirna Salinas que las cuidó falleció prontamente. Se le efectuó una autopsia inmediata. Lamentablemente, durante el procedimiento efectuado por los doctores especializados en Colombia, Donato Aguilar y Orlando Canedo, sucedió un accidente, un corte accidental hirió un dedo del patólogo, ocurrió la contaminación y Aguilar, a pesar de su internación precoz y buen cuidado, falleció.
Se controló el brote despejando marañas boscosas de posible nidación del vector de áreas periurbanas en San Joaquín y enviando multitud de gatos en aviones del LAB.
La enfermedad tropical de San Joaquín, tanto en el Beni como en Cochabamba y ahora en La Paz, cobró la vida de seres inocentes, enfermeras y médicos, nacionales y extranjeros, héroes de la medicina boliviana.
Es importante precisar la causa de esta grave epidemia tropical: la rata Calomys callosus en población murina desbordante por la caza de felinos en depresión poblacional, infestación del virus Machupo a los alimentos por desaseo y malos hábitos alimentarios e higiénicos. Inciden además otros factores ambientales así como la responsabilidad política de las autoridades de salud a quienes se les debe atribuir la culpa de una deficiente planificación nacional de salud.
En cuanto lo ecológico: protección de los bosques, control de los depredadores humanos madereros deforestadores; cocaleros destructores de la floresta, invasores de los parques y reservas naturales; cazadores de felinos, comerciantes de especies silvestres.
El autor es médico
Columnas de GASTÓN CORNEJO