Cero conciencia ciudadana
Hasta ahora no entiendo qué puede pasar por la cabeza de un conductor cuando decide adelantarse o no ceder el paso a una ambulancia.
¿Qué puede estar pensando? Siempre fue mi pregunta. ¿Creerá que sus diligencias son más importantes que la vida que se intenta salvar?, o ¿necesita llegar con mayor prontitud a su destino que esa persona que se encuentra en la ambulancia?
Creo que no existe justificación alguna para que un conductor no ceda el paso, pero en nuestra sociedad parece que la sirena es un anuncio de “acelera”, en lugar de hazte a un lado, tal como señala la norma.
La madrugada de ayer, un médico perdió la vida luego de que un chofer de un trufi “decidió” que estaba más apurado que una ambulancia, en la que este galeno se encontraba intentando evitar que una mujer, que estaba en labores de parto, perdiera a su bebé.
Por ley, la ambulancia tiene preferencia, incluso si tiene el semáforo en rojo. Por eso es que las sirenas son altas: para que todos puedan escucharla cuando se acerca y tengan precaución.
Ningún conductor, además, puede aludir que no escuchó la sirena, porque también la normativa prohíbe escuchar música con volumen alto dentro del vehículo, peor aún con los vidrios cerrados.
Me pregunto qué justificativo pondrá ahora ese chofer que truncó la vida de un joven médico que estaba a punto de terminar su residencia, o a la familia del otro galeno que aún lucha por su vida. A Dios gracias que la madre y su bebé no resultaron con heridas graves y están estables, al igual que la otra médica que estaba en la ambulancia.
La autora es periodista de Los Tiempos
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