Protestas, el pan de cada día
El pan de cada día del centro político de Bolivia, la ciudad de La Paz, son los bloqueos y movilizaciones que realizan diferentes sectores en demanda de sus reivindicaciones.
Este lunes no fue la excepción: transportistas, trabajadores de la Caja Nacional de Salud, además de mineros de la empresa San Cristóbal, colapsaron diferentes calles del centro de la ciudad, lo que generó un gran perjuicio para todos.
Más de un centenar de choferes se apostó en los alrededores del Palacio de Justicia en rechazo a la acción popular que plantearon los diputados Wilson Santamaría y Rafael Quispe en contra de este gremio sindicalizado para que se prohíba a los transportistas hacer bloqueos y chicotear a sus pares.
Otro sector movilizado fue el de los trabajadores de la CNS, que todos los días hábiles de la semana se concentran en pleno centro paceño, a una cuadra del Prado, para cerrar por lo menos cuatro vías, imposibilitando el traslado de las personas que, pese a lo caótico que es la circulación vehicular, deciden abordar un minibús, micro u otro, para recorrer particularmente las calles empinadas de esta urbe.
La protesta es contra la norma que lleva adelante el Gobierno para la construcción de hospitales con los recursos de Caja y banco que tiene la entidad. Los trabajadores dicen que los centros de salud estarán en áreas donde no hay una cantidad enorme de asegurados y que la medida busca apoyar el Seguro Único de Salud (SUS).
Otro sector que se moviliza son los galenos agremiados en el Sindicato de Ramas Médicas. Demandan la incorporación de los profesionales en la Ley General del Trabajo para que puedan gozar de beneficios sociales, pero piden mantener la jornada laboral de seis horas que beneficia al sector salud. Ante estos atropellos que sufre la ciudadanía paceña, lo único que le resta es sonreír y llevar adelante su jornada a como dé lugar.
Corresponsal de Los Tiempos en La Paz
Columnas de Wilson Aguilar