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Nada que festejar Bolivia. Pasado mañana cumples 195 años de vida independiente, pero tu aniversario ha quedado deslucido. Hasta hoy hemos pasado los tres mil fallecidos por Covid-19. Esta cifra, indica la periodista María Julia Osorio, se acerca a la de Argentina que, con 44,5 millones de habitantes, registró hasta fines de julio 3.596 muertos. El escritor Edmundo Paz Soldán añade que en la última semana de julio Bolivia estuvo entre los 20 países con más cantidad de casos por millón de habitantes, ocupando el puesto 17.
Ahora bien, es bueno recordar que el sistema de salud estaba deteriorado, debido a que el anterior Gobierno en lugar de construir hospitales prefirió construir canchitas y en lugar de crear ítems para el personal de salud, prefirió agrandar al aparato burocrático.
También pagó una millonada a la China por un satélite inútil. Y destinó millones a fondos que resultaron ser una estafa como el tristemente famoso Fondo Indígena. Y como éste, muchos problemas pasados, presentes y futuros agobian a Bolivia.
El narcotráfico es uno de ellos. Según la Coordinadora Nacional de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas, “en la frontera Perú-Bolivia se han incrementado los cultivos ilícitos de coca”. Y los guardaparques indican que “la ruta del narcotráfico ingresa al Parque Nacional Madidi, y campamentos como el de Colorado han sido evacuados por amenazas de clanes de narcos”.
¿Será entonces que existe sobre el planeta un único masista que reconozca errores, que sea autocrítico, que se arrepienta de sus mentiras y robos, que quiera jugar limpio, que respete las leyes, que busque la superación moral, o que sea honesto? Al parecer no.
Una prueba es la clausura del año escolar. El Gobierno nacional lo hizo bajo estas razones: la dirigencia sindical del magisterio se negó a analizar el contenido y alcances del Decreto Supremo 4260 y emitió comunicados con amenazas de “...tomas de instituciones a nivel nacional...” y acciones de chantaje y amedrentamiento a los maestros de base que, en caso de no cumplir con la presiones, “...se tomará en cuenta para las postulaciones futuras en los procesos de institucionalización de cargos y proceso sindical por la traición al movimiento...”.
El único mensaje detrás de esta resolución, es que quien grita y amenaza más fuerte es quien manda, y con todos los desatinos de este Gobierno de transición, lamentablemente el MAS nunca dejó de gobernar.
Estoy hecha para temblar y temer. Faltan cinco años para el bicentenario de Bolivia y veo que seguimos estancados.
Me gusta pensar que cada mensaje que emitimos y recibimos es alimento. Algunos te nutren, llenan de energía y alegría, y otros te intoxican, te hacen doler el cuerpo y no te aportan nada bueno ¿Será posible que pasado mañana podamos leer algo que nos aliente a seguir?
La autora es Premio Nacional de Periodismo Especializado en Banca
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER