Permanente sobresalto
La semana que ha pasado estuvo llena de sobresaltos que, por lo menos a mí, me provocaron casi pánico cuando sentía que las corrientes autoritarias cobraban fuerza. A la demanda de los comités cívicos liderados por el de Santa Cruz (y que cuentan con recursos, convertidos en los hechos en seguidores de Juntos) de que se postergue el actual proceso electoral, se sumó la convocatoria de Felipe Quispe para la creación del Kollasuyo, mientras que dirigentes de algunas organizaciones populares adherentes al masismo convocaban a mantener las movilizaciones por no haber sido tomados en cuenta en la decisión de aceptar el 18 de octubre como fecha de las elecciones y exigían que éstas se realicen… el 11 de octubre.
En Cochabamba, además, los grupos “autoconvocados” decidieron mantener el bloqueo del ingreso al depósito de basura de K’ara K’ara, y se convocó a jóvenes violentos a levantar esa criminal actitud por su cuenta y riesgo, avalados… por uno de los comités cívicos que hay en la región y que es el más activo, aunque no sé si es representativo.
Para colmo, surgió un Cabildo Nacional Virtual que, no sé bajo qué criterio, decidió exigir que una comisión de sus integrantes (probablemente conformada por sus organizadores) sean recibidos y reconocidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en un plazo de 72 horas y que el próximo Gobierno acate lo que ellos decidieron que se decida.
Poco antes del 21 de agosto, día que se recuerda el golpe de Estado que puso en la presidencia al entonces coronel Hugo Banzer, en 1971, y que inauguró una de las más crueles dictaduras militares alineada con la Doctrina de seguridad nacional propiciada por EEUU, algunos, en Facebook sobre todo, lamentaban que no aparezca otro militar de similares características que ponga en “orden” el país.
Mientras tanto, la aplanadora masista en la Asamblea Legislativa sigue haciendo de las suyas y sus últimas decisiones son exigir que el Órgano Ejecutivo otorgue salvoconductos a los asilados masistas en la embajada de México y promulgar una ley que prohíba procesar a dirigentes que organizaron los bloqueos de carreteras que provocaron la muerte de 40 personas, especialmente por impedir el transporte de oxígeno.
Como el “cherry” del pastel, Tuto Quiroga, asesorado por Luis Vásquez (los mismitos que, primero, trataron de hacer, en 2001, lo que luego Evo hizo en 2006: cuotear el órgano electoral y, luego, fueron los ideólogos del referendo revocatorio de Morales, lo que le permitió avanzar en su voracidad hegemónica), pidieron prohibir la difusión de encuestas de determinadas empresas encuestadoras y su difusión por el periódico Página 7, en razón de que en ellas el porcentaje de adhesión que reciben es bajo. Y en vez de aceptar su error, luego de una dura carta remitida por el presidente del directorio de ese matutino, insistieron en su demanda en un memorial digno de análisis no sólo en el ámbito jurídico sino de la gramática.
Por si fuera poco, una vez más, en EEUU Donald Trump, al mejor estilo de los Morales, Correa, Maduros y sus adláteres, anunciaba fraude en su contra en las elecciones del próximo 3 de noviembre y su propuesta de postergar esos comicios. Paralelamente, creaba las condiciones para evitar el voto por correo, que ya es una costumbre en una buena parte de ese país (¿será coincidencia con la actitud de Quiroga-Vásquez?, finalmente sus organizaciones están emparentadas políticas e ideológicamente).
En ese escenario, no es difícil perder la esperanza en que se consolidará la democracia en el país y que después de más de 14 años aceptemos vivir bajo un sistema constitucional donde estén claramente establecidos nuestros derechos y nuestras obligaciones.
Más bien, parecería que ganan fuerza los impulsos autoritarios y la tendencia a creer que el arbitrio de quien tiene el poder, o de quien está empoderado, es más fuerte que lo que establecen las normas.
Pero, haciendo un esfuerzo, quienes creemos en la democracia y que un cimiento fundamental de este sistema es la elección de las autoridades del Estado, debemos seguir aportando a que el 18 de octubre se realicen las elecciones y contemos este año con un Gobierno y un Parlamento legitimados por el voto popular para enfrentar la dura e integral crisis que vive el país.
El autor fue director de Los Tiempos entre 2010 y 2018
Columnas de JUAN CRISTÓBAL SORUCO QUIROGA