La triste situación de los partidos
Los partidos políticos producen efectos sobre la sociedad, el sistema político y la democracia. Son responsables de las gestiones gubernamentales y legislativas, algunos llevan corruptos en sus listas, hasta asesinos y violadores –como hizo el MAS con Gabriel Pinto Tola, asambleísta departamental de La Paz que fue sentenciado a 30 años de cárcel por el secuestro, tortura y asesinato del alcalde de Ayo Ayo; o con el diputado Jacinto Vega Rivero, que fue sentenciado a 20 años de cárcel por la violación a una niña de nueve años. Además, son responsables del acoso y violencia política hacia las mujeres.
La crisis del sistema de partidos tiene varios años y parece profundizarse. Tristemente, de cualquier ideología, nuevos o viejos comparten rasgos: caudillistas, personalistas, cupulares, patriarcales, clientelares, prebendalistas y patrimonialistas. Cada vez que los partidos se equivocan con sus listas de candidatos o solo buscan asaltar el “Estado botín” nos producen un enorme daño.
Hace dos décadas fueron centrales: MNR, ADN, MIR, Condepa, UCS, NFR, MBL y hasta el 2003 sobrevivieron siglas sin estructura con reducido grupo de “cuadros” (FSB, FRI, PDC, Mrtkl, PS-1). Desde entonces, algunos sobrevivieron vía alianzas a cambio de espacios en franja de seguridad en las listas de candidatos (PDC, FRI); otros cedieron la sigla a liderazgos emergentes (IU a Alejo Veliz en 1997); y hubo los que vendían o regalaban sigla (como MAS-Unzaguista de David Áñez Pedraza que pasó a ser MAS-IPSP). En 2009, a mí me ofrecieron una sigla por 10.000 dólares y otro partido me la ofreció gratis a cambio de poner mi cara en la papeleta, obviamente no acepté ninguna y luego me enteré que quién me pidió 10.000, cobro 100.000. Gran negocio.
Hace ya tiempo existe un mercado de siglas: se venden, se alquilan, se prestan… no tienen estructura nacional y gradualmente se restringen a lo local. El sistema cambió de siglas (Siglo XXI a Podemos), no de prácticas; y surgieron siglas de escisiones de los viejos partidos (el MIR dio a luz MBL, MSM, MIR-Masas) que ya no están. Muchas son alianzas coyunturales (PPB-CN, UD); y hay una larga lista de siglas que participan en una elección y mueren al no alcanzar el umbral del 3% de votos.
Ingresen a la página oficial del Tribunal Supremo Electoral www.oep.org.bo y encontrarán la lista de organizaciones políticas con personería vigente. Hay nueve, pero en realidad son 10 porque ADN no podría participar de esta elección si no tuviera personería vigente. Voy a hacer un diagnóstico –muy breve por el espacio– del “nuevo” sistema de partidos.
Sólo el MAS tiene una estructura nacional que deberá desaparecer como sigla para que sus miembros rearticulen su proyecto político, libres del estorbo que se ha vuelto Evo Morales y se alejen de la imagen de corrupción y de cocaleros que no venden al mercado legal. El resto de partidos (9) son locales, regionales, virtuales o sólo discursivos: ADN fue central de 1985 a 2003, murió con su caudillo y al parecer tendrá doble entierro; el FPV (Frente Para la Victoria por si no sabes qué significa) tiene personería desde 2009, nunca llego a existir como actor del sistema político, le prestó la sigla a Chi y probablemente desaparecerá el 18/O, sin velorio; el Movimiento Demócrata Social (MDS) tiene personería nacional desde 2013, tiene bancada en la Asamblea por la alianza con Unidad Nacional, llegó al Gobierno de chiripazo y traicionaron las esperanza del pueblo después de 14 años de masismo, si sobrevive será en lo local; el MNR fue el actor más importante del sistema por más de 50 años, tiene casi 80 años de vida pero acabó buscando candidatos externos y probablemente muera el 18/O si Tuto no renuncia; Pan-Bol es un cuento del MAS para dar la sensación de pluralismo; el PDC sobrevivió con alianzas, presta sigla a diversos aspirantes -partió el voto con Tuto en 2014 –y ahora con Camacho– para tratar de acceder a un par de escaños; UCS es local y probablemente sobrevivirá en Santa Cruz con la elección subnacional al igual que UN que buscará mantener su estructura en al menos tres departamentos; y el FRI que mantuvo vigencia vía alianzas es el paraguas institucional de Comunidad Ciudadana y desde 2019 se reestructura a partir de la figura de Mesa y la incorporación de nuevos actores a la política; llegará al gobierno y podría ser un actor central en la reconstrucción de la democracia ¡Ojalá no replique las tristes prácticas del MAS y los Demócratas!
La autora es politóloga
Columnas de JIMENA COSTA