Prioridad para la educación
Desde que el año escolar fue clausurado en Bolivia, el Gobierno no ha anunciado ninguna estrategia para continuar con la educación este 2020. Casi dos millones de niños y adolescentes quedaron sin la oportunidad de recibir educación.
La educación pública tiene alrededor del 70% de la población escolar y casi ningún centro educativo público está continuando con la educación desde mediados de marzo de este año. La educación privada (el 30% restante del total) también ha cerrado, pero, a diferencia de la educación pública, muchos padres de familia se han organizado junto con los colegios para continuar con la educación en línea.
La Presidenta indicó que nadie debe preocuparse porque todos serian promovidos al siguiente año escolar, con sólo haber cursado seis semanas de clases (febrero a marzo). Pero la preocupación es básicamente el derecho de acceso a la educación y al conocimiento. A pesar del satélite Tupac Katari, las conexiones a Internet son únicamente por fibra óptica y en las ciudades. Por otro lado, muchos estudiantes no tienen acceso a una computadora y por teléfono celular se debe pagar el consumo de Internet que no se ha hecho gratuito para la población estudiantil ni por la Covid-19.
No se da prioridad a la educación, a pesar de que muchas actividades ya son normales en Bolivia. Podrían haber reanudado también las actividades presenciales de educación con el distanciamiento correspondiente dividiendo las clases y enseñando con horarios o días diferenciados. A pesar de tener una educación al 50%, se podría continuar con algo.
El peligro de tener a niños y jóvenes fuera de la escuela es grande: violencia intrafamiliar, trabajo infantil forzado, etc. Según los reportes de la Fiscalía General del Estado, entre el 1 de enero y el 15 de octubre de este año se registraron 95 feminicidios, 45 infanticidios y más de 360 violaciones a niños en Bolivia.
Otro aspecto significativo de esta situación es que también ocasiona pérdidas para la economía la economía nacional, pues intentar mitigar la falta de escuela en casa representa tiempo que los padres no pueden dedicar a tareas económicamente productivas.
Es importante promover la educación como una prioridad y la sociedad debe pedirlo.
La autora es PhD en economía y política internacional
Columnas de KATHYA CÓRDOVA POZO