Que no sea sólo discurso
una postura dura contra la corrupción.
Sin embargo, a poco más de un mes de Gobierno de Luis Arce, se viene imponiendo el otro discurso del masismo: el de revancha, de la venganza y el del ajuste de cuentas.
Poca o ninguna muestra ha dado el Gobierno de que haya entendido las palabras del Vicepresidente, mucho menos aplicarlas como política de Estado.
Recordemos alguna frases de su discurso en el acto de posesión: “Por eso nos dicen que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengan todo y a nadie le falte nada”.
“Y el bienestar de todos es bienestar de uno mismo, que ayudar es motivo de crecer y ser feliz, que renunciar en beneficio del otro nos hace sentir fortalecidos”.
“Los bolivianos debemos superar la división, el odio, el racismo, la discriminación entre compatriotas, ya no más persecución a la libertad de expresión, ya no más judicialización de la política”.
“Ya no más abuso de poder, el poder tiene que ser para ayudar, el poder tiene que circular, el poder, así como la economía, se tiene que redistribuir, tiene que circular, tiene que fluir, así como la sangre fluye dentro de nuestro organismo, ya no más impunidad, justicia hermanos”.
“Pero la justicia tiene que ser verdaderamente independiente, pongámosle fin a la intolerancia a la humillación de los derechos humanos y de nuestra madre tierra”. Y así se pueden citar decenas más de frases bonitas de Choquehuanca, pero algo tiene que hacer este buen señor para aplicar sus ideas en la práctica, porque hasta el momento, en el poco tiempo hemos visto que el Gobierno pretende hace todo lo contrario.
El autor es subjefe de redacción de Los Tiempos
Columnas de MICHEL ZELADA CABRERA