¡Salud!
No me refiero al “deseo” que se expresa al chocar las copas en una celebración. No estamos para esas cosas ahora. Esto tiene que ver con la andanada de desaciertos, amenazas (el Ministro de Justicia, tiene amenazado a medio Gabinete y funcionarios del Gobierno anterior) y justificaciones que no explican nada, de los personeros del Gobierno actual (el Ministro de Salud está tan nervioso que va a desbibujar la idea que de él se tenía cuando entró al ministerio).
En efecto, da la impresión de que allí no atinan a otra cosa luego de que en el país se cuestiona la decisión de traer las “vacunas rusas Sputnik V” contra la Covid-19, habida cuenta de que en Rusia se informa que apenas 50.000 personas se han vacunado con la misma, siendo que allá se tiene registradas a 3.127.347 personas enfermas con Covid-19 (de 146.800.000 de habitantes).
Rusia es uno de los países con más alta tasa de letalidad en el mundo y uno se pregunta: ¿sólo 50.000 vacunados? Y, además, si bien hay países interesados en adquirir su vacuna, se está condicionando la decisión a la certificación de “idoneidad” científica, que confirme su eficacia; esa es la condición que se impone a los fabricantes rusos. Eso es lo mismo que decir: “úsese con seguridad”.
Bolivia firmó con Rusia, a decir de muchos: por afinidad, debe ser “de intereses”, porque el señor Putin está lejos de la idea plurinacional, comunitaria, socialista (dizque) y otras linduras que ofrece el sistema boliviano. Rusia desarrolla un capitalismo salvaje, mafioso y corrupto, privilegiando a los exmiembros de la nomenklatura (los privilegiados del sistema soviético). En esto se puede, tal vez, encontrar (respetando las escalas) afinidades y coincidencias. ¿En qué más?
Ese es el tema general, más que necesario para dejar la cosa más o menos clara. Lo otro, lo local. El Ministro de Salud aseguró algo así como que, si en el Gobierno anterior hubieran comprado vacunas, otro hubiera sido el cantar (olvidan que las mismas se comercializan recién desde diciembre). Aunque, no es menos cierto que alguien le debe haber ocultado la información al Ministro, porque que sepamos, el anterior Gobierno –así no haya sido lo que el país esperaba (harto para hablar de ello)– dejó adelantadas varias negociaciones con laboratorios, países y organismos internacionales.
Me hice una lista de toda la información conseguida (fuente: publicaciones de la excanciller, Karen Longaric y de la exminitra de Salud, Eidy Roca, ambas son absolutamente constatables, yo publiqué cartas de Roca, que no me llegaron de su parte). Las gestiones vienen de julio de 2020, del Ministerio de Salud y de la Cancillería, entonces, todo estaba en fase de experimentación. De acuerdo a la información, se logró incluso acuerdos preliminares para la compra de vacunas. Parecen ser testigos de aquello, la OPS/OMS (sus representantes en Bolivia.
Esto es importante: se hizo gestiones (en Londres) ante la alianza GAVI, y por el mecanismo Covax (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19); desde julio de 2020 (por cerca de 2,5 millones de vacunas cifra menor al equivalente del 20% de la población boliviana). La documentación tiene que estar en el Ministerio de Salud. En agosto se habría confirmado la intención de compra “sistema Compra Comprometida” (pago anticipado más bajo y con una garantía para la exposición completa del mecanismo; hasta donde sabemos, hay confirmación de Bolivia como país elegible para la compra).
Se habló también con AstraZeneca (Oxford); en agosto de 2020, esto, fuera de las tramitaciones con Covax. Hasta donde conocemos, hubo un conflicto de intereses con gente de Uruguay y se le dio al Gobierno boliviano un contacto de un nuevo proveedor: Serum Institute, que fabrica también la vacuna Oxford. ¿Hubo, en este caso, una solicitud de reserva de cinco millones de dosis? Señor Ministro de Salud, la respuesta es suya, los papeles “cantan” y se asegura que están en su ministerio.
Otra opción: ZKM-Sonivac Biotech Ltd. gestión de septiembre 2020, solicitando reservar cerca de 3,5 millones de dosis, condicionadas a la “aprobación del testeo” de las autoridades bolivianas (Comité Científico Boliviano) y de la OMS; esta última la trabajan en Brasil, en el Instituto Butantan, la vacuna tiene licencia China.
También se habló con Rusia sobre la vacuna Sputnyk–V, en agosto de 2020 (esta es la que Arce trae a Bolivia) se habría cerrado una especie de acuerdo sin cantidades en octubre del mismo año.
O sea, hubo gestiones, no se podía hacer más porque cuando Añez se fue no había vacunas aprobadas, además de ello, nuestro país está entre los 10 países elegibles para optar a vacunas GRATIS mediante el mecanismo Covax. La OMS/OPS tiene en cuenta a nuestro país por ser de “los países más pobres de América Latina y el Caribe” y por que por su pequeña población no le facilitaría el acceso directo (la “ventaja de la pobreza”; que tristeza)
El seguimiento de los trámites es personal y puede tener errores de apreciación, pero no de hechos, de manera tal que es inentendible lo que hace el Gobierno: ¿dónde lleva esto de amenazar con juicios? Personalmente conocí al abogado Lima Magne, ministro de Justicia, muy equilibrado, hoy, se ha convertido en el Torquemada judicial, sin sentido. Le fracasó el plan de “renovación judicial”, ahora va por el enjuiciamiento por las vacunas, cayendo justo en lo que él quería desterrar: la politización de la justicia o la judicialización de la política
Lo último: El Gobierno había dado vía libre para que municipios, cajas de salud y gobernaciones importen vacunas directamente. 24 horas después, pone requisitos: 4. La mayoría de ellos, burocracia, como si el país pudiera esperar…
¿Las vacunas rusas son un riesgo? Si, muy grande, depende de quién se atreva o no, a ponérselas. No debe ser obligatorio.
El autor es periodista
Columnas de CARLOS FEDERICO VALVERDE BRAVO