Un hombre limpio, trabajador y bueno
Hace unos años escuché a una mujer madura decir que, dada su experiencia, lo que entonces buscaba era simplemente un hombre limpio, trabajador y bueno, todo el resto sobraba. Era un comentario que parecía divertido, pero era sabio ¿Se imaginan al exministro Arturo Murillo merecedor de esas características? Iba a escribir sobre este personaje turbio, oscuro, sucio de sangre, corrupto y malvado que ha sufrido Bolivia a lo largo de 2020, pero prefiero hablar de otro tipo de hombre.
El día de hoy, muchos titulares de diarios nombrarán a Murillo porque este lunes, un juez estadounidense debía definir su situación, al estar detenido por soborno y blanqueo de dinero en Estados Unidos ¿Cuántos caracteres tendrán esos titulares? ¿En qué punto y tipo de letra se pondrán? ¿Qué manera es la ideal para colocar la noticia en las páginas? ¿Y en la portada? De ello se ocupó durante años, en varios diarios del país, Hugo Jaldín Daza, a quien, el último fin de semana, se lo llevó la Covid19. Fue un hombre limpio, trabajador y bueno.
Hugo Jaldín fue quien diseñó el diario Hoy a finales de los 80 del siglo anterior, concluyó el diseño de La Razón cuando renació en 1990, con anterioridad estuvo en Última Hora y también le hizo su último logotipo. En las redes leo que también trabajó en La Prensa y Presencia. La mayoría son periódicos ya extintos. Eran otros tiempos, la tecnología y avatares del periodismo hace que parece que fueran más años y no son tantos. Haldín era aún joven y activo. Arquitecto de profesión, fue un pionero experto en diseño de diarios y maestro de generaciones de armadores y diseñadores de periódicos y revistas justo cuando se pasó de diseñar en papel con un lápiz rojo y azul a hacerlo en computadora. Sus discípulos están hoy repartidos en Página Siete o pasaron por La Prensa en La Paz, Los Tiempos de Cochabamba y El Deber y El Día como medios cruceños.
Cuando estos diarios nacieron, en su mayoría los diseñadores y armadores eran hombres, eso debido a que históricamente a las mujeres se les ha negado la credibilidad en la creatividad como valor intelectual y más si es remunerada (sólo podían desplegarla haciendo bordado o pintando para ellas en la privacidad del hogar) y porque en prensa, los horarios de trabajo eran incompatibles con la conciliación de las tradicionales labores de casa y cuidado de los hijos. Entonces, mientras los y las periodistas se iban ya muy tarde por la noche a casa luego de su jornada laboral, el equipo de armadores permanecía en el periódico hasta la madrugada, en larguísimas jornadas que se reflejaban en sus ojeras, seguramente en su salud y también en las pocas horas que podían compartir con sus familias. Un sector que, al igual que el de la imprenta, hacía posible que cada día salieran los periódicos a la calle y que nunca ha sido públicamente reconocido de manera suficiente. Comandando estos equipos, con una sabiduría de experto estaba Hugo Jaldín. Gran trabajador. Las horas extenuantes de trabajo posiblemente lo llevaron a emprender una iniciativa personal privada durante los últimos años.
Fue limpio en su quehacer, en su sonrisa siempre presente, en su mirada clara y en su trabajo profesional. “Lo importante es el detalle”, solía decir mientras era un exhaustivo centinela de proteger el estilo gráfico de los diarios en que estaba trabajando, esas características que le dan una personalidad única a cada periódico, esa línea azul, ese gris en ese fondo o ese rojo singular. Elementos que permiten que les reconozcamos, a veces sin darnos cuenta, a la hora de leerlos.
Hugo Jaldín, ya que tenía un don de gente excepcional, que quien le ha conocido lo menciona, siempre amable, correcto y cálido, sin que por ello perdiera autoridad alguna en su área. Un jefe ejemplar. Su personalidad y calidad humana resalta porque no es fácil hallar esas características en hombres, ya que no siempre son bien vistas cuando el referente es la masculinidad agresiva, el macho dominante, competitivo provocador, prepotente y malo. Son los que salen en las noticias a diario.
La autora es periodista
Columnas de DRINA ERGUETA