Grandes expectativas y pocas realidades en el sector petrolero
Frente a la actual coyuntura de imperativa necesidad de reponer reservas de gas natural para la exportación y la producción de líquidos para el mercado interno, resulta impostergable proyectar un entorno de mayor atracción de capitales privados de riesgo exploratorio, en busca de gas, y nueva regulación para la reactivación de pozos en campos maduros a fin de asegurar la sostenibilidad de la cadena de valor del sector.
El mayor problema está en el abastecimiento interno de carburantes. Como nuestra producción de hidrocarburos es de gas y condensado, conjuntamente, el cumplir necesariamente con los mercados de exportación de gas, debía haber sido acompañado de las medidas necesarias para, de igual forma, abastecer el mercado interno en derivados líquidos (refinados).
La situación actual que se nos presenta es la demostración práctica de los resultados de una inadecuada, o quizás ninguna, planificación energética. Lo cierto es que se privilegió la exportación en desmedro del abastecimiento interno. En otras palabras, sólo se miró desde cierto ángulo, en ausencia de una política hidrocarburífera que debe mirar en forma integrada y de conjunto, teniendo en cuenta todos los aspectos que inciden para encontrar soluciones satisfactorias, entre las cuales se pueden citar las siguientes:
- El aspecto económico de la producción hidrocarburífera dentro del contexto económico de la Nación.
- La situación económica y financiera de YPFB Corporación (Casa Matriz y subsidiarias) y su gran necesidad de divisas para llevar a cabo sus proyectos prioritarios, para el adecuado abastecimiento del mercado interno en el corto plazo.
- Los derechos adquiridos de las compañías petroleras asociadas con YPFB, mediante los contratos de operación, que fueron legitimados por el Parlamento y protocolizados como manda la ley.
- Resulta evidente el déficit de producción para el consumo interno de combustibles, a causa de la pronunciada declinación de los campos de petróleo pequeños y marginales. Para revertir esta situación, se tienen que adoptar medidas organizacionales y gerenciales inmediatas tendientes a reactivar pozos, y efectuar una reingeniería de campos maduros, a cargo de Casa Matriz.
- La necesidad de activar el ritmo de exploración en busca de gas natural, se basa fundamentalmente en la creación de un entorno de mayor atracción de inversión extranjera de riesgo exploratorio. La experiencia internacional demuestra que el Estado debe trasladar contractualmente el riesgo exploratorio a empresas foráneas dotadas de mayor suficiencia técnica y económica, por su diversificación a nivel mundial. En esta dinámica, se advierte una correlación determinante entre el factor de riesgo asumido y la participación que espera capturar el operador privado.
Deberíamos ser conscientes de que necesitamos medidas correctivas inmediatas para abastecer el mercado interno y esta labor tiene que estar a cargo de YPFB Corporación. En cuanto a las operadoras que se encargan de producir gas para la exportación (incluida la subsidiaria Andina), se quedarán en el país, quizá reduciendo inversión en desarrollo, pero se quedarán, esperando lineamientos definitivos en el marco sociopolítico y petrolero, que se plasmen en una nueva Ley de Hidrocarburos.
Para finalizar, tengo a bien sugerir dos temas importantes, que forzosamente, el Gobierno tiene que encarar y priorizar:
- Las decisiones que YPFB adopte como empresa estatal, para su participación en las actividades petroleras y en el mercado, estarán basadas en conceptos económicos de eficiencia y rendimiento, estableciéndose normas para asegurar su institucionalidad y evitar su manejo político, sindical, sectario o poco transparente.
- Tanto los contratos de operación, que se desprenden de la Ley 3058, como ésta misma, tienen un sinfín de errores, no solo conceptuales, sino de estructura y funcionalidad, no tienen reglamentación en puntos sustanciales y carecen de base operativa para la ejecución y aplicación de muchas cláusulas; es por eso y mucho más que es necesaria una nueva Ley de Hidrocarburos, donde se establezca normas claras y técnicamente respaldadas.
El autor es ingeniero geólogo y petrolero, jorgemarquezostria@gmail.com
Columnas de JORGE MÁRQUEZ OSTRIA