La trampa de El Sillar
El Sillar es un tramo de 16 kilómetros de la carretera Cochabamba - Santa Cruz. Esta zona, según el ingeniero Fernando Pericón de la Asociación de Ingenieros Eméritos de Cochabamba (Asieme), se caracteriza por ser altamente lluviosa: de 3.000 a 4.000 mm de precipitación, (para entender estas cifras, en Cochabamba ciudad solo llueve 350 mm).
Según el mismo ingeniero, geológicamente, El Sillar se caracteriza por tener formaciones cuaternarias, expresadas en rocas pizarrosas, limolíticas y lutíticas, cuyos parámetros mecánicos (ángulo fi y coeficiente C) en contacto con el agua entran en proceso de disminución dando lugar a la pérdida de estabilidad en las laderas empinadas, precipitándose en forma de derrumbes, obstruyendo el tráfico de la carretera. (ver a través del Google Earth el deslizamiento de la zona de El Sillar).
Tratándose de una carretera que articula el occidente de Bolivia con la capital oriental, la inestabilidad de la zona de El Sillar, es un obstáculo para la economía del país, y un riesgo para la seguridad física de los ciudadanos que viajan de oriente a occidente y viceversa.
Entre las varias propuestas que se hicieron para solucionar el problema, el Pericón refiere que, en noviembre de 2014, Asieme —a solicitud del expresidente Evo Morales— hizo una propuesta enviada a la ABC, que consiste en atravesar la zona de El Sillar con un túnel. Esa propuesta que, por falta de recursos no llegó a ser proyecto a diseño final, solo contó con el esfuerzo de Asieme, y no recibió ningún aporte económico de ninguna entidad estatal, a diferencia de lo sucedido con el exprefecto y actual alcalde Manfred Reyes Villa que cayó en la trampa de firmar un convenio con la ABC presidida por Patricia Ballivián y elaborar un proyecto a diseño final con recursos prefecturales, por cuya no ejecución ahora es procesado con peligro de cárcel y pérdida de mandato.
Al presente, se está construyendo la doble vía de El Sillar, algo más de 20 kilómetros por la misma ruta, sin resolver el problema hídrico ni el geológico, el contrato es “llave en mano” por la exorbitante suma de 440.000.000 millones de dólares, habiéndose registrado ya nuevos deslizamientos en plena construcción.
A estas alturas, habiéndose percibido que dicha doble vía en construcción por una empresa china no constituye una solución definitiva, y a fin de evitar mayor desangramiento económico, desde una postura estrictamente técnica, y con todos los estudios realizados —dos del gobierno central por cuatro millones de dólares, uno de la prefectura por cerca de 200 mil dólares, el estudio de Asieme—, se debe optar por una solución al problema, que nos permita tener una carretera estable, transitable los 365 días del año.
La trampa que Evo Morales y Patricia Ballivián pusieron a la capacidad ejecutiva de Manfred Reyes Villa solicitándole el proyecto a diseño final en tiempo récord, por el cual posteriormente se lo procesó en ausencia y ahora se quiere condenarlo, debe pasar a la historia como una típica jugada de la politiquería tradicional.
Sin embargo, la ciudadanía debe exigir la solución definitiva al problema de la carretera, el mismo que no se solucionará en ningún tribunal de justicia, sino en la decisión de ejecutar el proyecto presentado por el exprefecto Reyes Villa, cuya evaluación técnica no ha recibido ninguna observación insalvable. Mantener la carretera Cochabamba - Santa Cruz intransitable en la temporada de lluvias es una afrenta a Cochabamba y al país, a nuestra capacidad técnica de conducir la solución de nuestros problemas soberanamente.
El autor es abogado
Columnas de FREDDY CAMACHO CALIZAYA