Dos votaciones
El 2 de marzo, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) votó por una resolución contundente de rechazo a la invasión rusa a Ucrania. Abstenerse o votar en contra era alinearse con los agresores. Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Cuba y El Salvador tuvieron ese comportamiento.
No fueron neutrales, fueron coro de Putin. Este 24 de marzo, un mes después de las operaciones militares rusas y cuando Ucrania resiste con heroísmo, la Asamblea de la ONU volvió a reunirse. Esta vez se presentaron dos proyectos de resolución.
La primera reiteraba con firmeza lo dicho el 2 de marzo. Fue patrocinada por México y Francia. La segunda, en cambio, buscaba limitarse sólo a la crisis humanitaria sin condenar al causante de tanta muerte y dolor. Esta resolución fue auspiciada por Sudáfrica.
La Asamblea General aprobó la primera resolución y rechazó la segunda. Con ello, reafirmó la postura asumida aquel 2 de marzo. Ésta no es una guerra simétrica en la que dos fuerzas chocan por voluntad propia. Es una guerra de agresión de un Estado miembro contra otro.
La posición del Gobierno de Bolivia es consecuente: siempre al lado de Moscú. Ni siquiera el hecho de que Argentina y México están del lado de Ucrania ha conmovido a la representación boliviana en Nueva York.
Luis Arce está fundido con La Habana, Managua y Caracas. Sus declaraciones de adhesión a la otra izquierda localizada en Buenos Aires o Ciudad de México son puramente un ritual.
Columnas de LA H PARLANTE