Aleluya: volvió la inversión pública
1.- La PIBocracia del poder se reunió para alabar algunos indicadores económicos. No obstante la tortura de los datos, éstos mostraron una realidad diferente. Veamos el caso de la inversión pública.
2.- En la religión del proceso de cambio, la inversión pública es uno de sus principales tótems.
3.- En el 2016, la inversión pública llegó a su máximo: 5.065 millones de dólares. A partir de este momento, tuvo un continuo declive. El nivel más bajo fue alcanzado en el año 2020 con 1.764 millones de dólares. Por supuesto, culpa del “Golpe de Estado”.
4.- En el 2021, el Gobierno anunció con bombos y platillos la vuelta del inversión pública y ofreció 4.000 millones de dólares. Sólo pudo ejecutar 2646 millones de dólares.
5.- La caída desde el año 2016 al 2021 es de 91 por ciento. El nivel tan bajo de la ejecución de la inversión pública del año pasado se debe a la falta de recursos, la incapacidad operativa de ejecutar y a la política contractiva del Gobierno a nivel municipal y de gobernación.
El Gobierno es keynesiano a nivel nacional y con las regiones se vuelve neoliberal, es decir corta el gasto e inversión pública.
6.- Para el año 2022, la prestidigitación política ofrece más de 5.000 millones de dólares. Es bastante predecible: la inversión ejecutada podrá estar ligeramente superior al año pasado, es decir, un poco más del 50 por ciento.
7.- Cuando la inversión pública no sa ejecuta en su totalidad, esto ayuda a que el déficit público no sea menor. Esto en la profesión se llama “contabilidad creativa”.
8.- Es el viejo truco de “nada por aquí, nada por allá. Abracadabra. Ofrezco una millonaria inversión pública y ejecuto la mitad”.
Columnas de GONZALO CHÁVEZ ÁLVAREZ