La Gestora se queda con la parte del león
Con bombos y platillos, cueca incluida, se dio inicio a las actividades de la Gestora Pública mediante la puesta en marcha del módulo de afiliaciones. Proeza que finalmente vio la luz después de siete años.
Según el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, la Gestora se centrará en el bienestar del trabajador y del jubilado. Destacó cuatro diferencias con las AFP: destino de utilidades, disminución de comisiones de cuatro a una, digitalización de operaciones y habilitación de 31 oficinas. Todo esto se traduciría en atención personalizada y profesional a los jubilados porque los funcionarios estarían certificados y brindarían un servicio con transparencia, calidad y calidez.
A su turno, Juan Carlos Huarachi, de la COB, manifestó que los jubilados tendrían beneficios y nuevas bondades, aunque no señaló en qué consistirían. También dijo que se estaría pasando a la Gestora todas las conquistas sociales y se comprometió a informar a los trabajadores en un ampliado.
Remató el acto el presidente Luis Arce, quien manifestó que se estaría profundizando la soberanía en la administración de la economía, que la reforma había generado la generación sándwich y que intereses internos y externos habrían evitado que el Estado administre las pensiones. También que la Ley de Pensiones, elaborada con la participación de los trabajadores, ha introducido el Fondo Solidario y ha reducido la edad de jubilación a 58 años, cuando en el mundo la tendencia es a incrementarla. Finalmente dijo que América Latina está cuestionando los sistemas de pensiones de AFP y que los bolivianos seríamos los pioneros.
Lamentablemente ninguno de ellos hizo referencia a los principales problemas: bajas pensiones con tendencia a la caída, baja cobertura, baja rentabilidad, tablas de mortalidad, confiscación de compensaciones, etc. Y, mucho menos, al papel de la Gestora para atender estos problemas.
¡Enhorabuena que arranque la Gestora! Pues los hacedores de la política pública tienen ahora la oportunidad de ver con sus propios ojos las deficiencias del sistema, a pesar de las mejoras introducidas con la Ley 65. Tendrán que guardar en el baúl de los recuerdos las diapositivas con su clásico ejemplo del trabajador con Bs 6.000 de total ganado, 35 años de aportes y pensión de Bs 4.200 (¡70% de su total ganado!). Se encontrarán con que la mayoría de los jubilados no ha tenido una continuidad laboral de 35 años y que la pensión promedio no supera el 31% del total ganado, muy por debajo del 45% recomendado por la Organización Internacional del Trabajo, entre otras.
Pero ¿qué intereses internos y externos han impedido el arranque de la Gestora? ¿Cómo estos intereses pudieron contra el todopoderoso Estado Plurinacional? No mencionaron al imperio, la derecha o el golpe. Está claro que, si no se especifica quiénes son y cuándo y cómo actuaron estas fuerzas malignas, simplemente se está echando la culpa a otros. Todos tienen la culpa menos ellos.
Arce recordó a la generación sándwich que resultó de la primera reforma de pensiones, allá por 1997, pero se olvidó por completo que, en su gestión como ministro de Economía y Finanzas Públicas, confiscó la compensación de cotizaciones de los jubilados al mantener la actualización del salario cotizable con el tipo de cambio en lugar de la Unidad de Fomento a la Vivienda. Todos los jubilados con compensación de cotizaciones, desde 2011 a la fecha, han sido víctimas de esta confiscación.
La disminución de las comisiones, de cuatro a una, ¿beneficiará a los asegurados? Escasamente:
Las comisiones de la Gestora están establecidas en el anexo del DS 2248, que dispone que la Gestora se financiará con: a) la comisión por la administración de las cuentas individuales, es decir, el 0,5% sobre total ganado y b) con las comisiones por administrar la Renta Dignidad. Evidentemente, las otras tres comisiones ya no las cobrará. ¿Qué tan bueno es este beneficio?
De acuerdo a las memorias anuales de Previsión y Futuro, los ingresos operativos de ambas AFP durante 2021 sumaron Bs 403,1 millones, de los cuales Bs 293,0 millones (72,7%) corresponden a la comisión por la administración de las cuentas individuales.
La eliminación de las comisiones por la administración de portafolios no tendrá ningún impacto en las Cuentas de Ahorro Previsional (CAP). En 2021, por este concepto, las AFP percibieron Bs 27,8 millones y el número de asegurados fue de 2.512.011, lo que significa que a la CAP de cada asegurado, en promedio, se le sumará Bs 11, ¡menos de Bs 1 mensual!
¿Mejorarán las pensiones por la eliminación de la comisión por este servicio? En principio, sí. Pero ¿cuánto? A diciembre de 2021 las AFP percibieron por este concepto Bs 64,9 millones, a la misma fecha los jubilados alcanzaban a 186.721; por lo tanto, la eliminación de esta comisión significará un ahorro promedio mensual, por jubilado, de Bs 27. ¿Tanto show para esto?
¿Generará utilidades la Gestora? De acuerdo con el balance de 2021, la Gestora ha reportado utilidades por Bs 7,8 millones; pero éstas reflejan sólo las operaciones de un año y se han originado en las comisiones percibidas por el Bono contra el Hambre, que no tiene nada que ver con el sistema previsional. De no haber existido la operación de dicho Bono, la Gestora habría reportado pérdidas, pues sus ingresos operativos sumaron Bs 90,0 millones y los gastos de consumo, Bs 111,4 millones. Tal es su situación financiera que suma pérdidas acumuladas, a 2021, por Bs 62,1 millones (¡77,6% de su capital de Bs 80 millones!) Si la Gestora fuera una empresa privada, habría entrado en quiebra técnica y cerrado operaciones.
Es de esperar que la Gestora reporte aún mayores utilidades: a la parte del león con que se ha quedado, hay que añadir las comisiones por administrar la Renta Dignidad; también, las economías que deberían lograrse por la gestión de dos grandes operaciones: Pensiones y Renta Dignidad. Si no fuera así sería realmente desastroso.