Pensamiento premoderno
El MAS, ese lastre para el país, se niega a realizar un censo a tiempo y, probablemente, tampoco se interesa en que sea un proceso transparente e íntegro. Seguro que ya están pensando en cómo cocinar los datos...
Sus motivaciones son prácticas, ante todo: evitar una redistribución de recursos y escaños que pueda reducir su control sobre el Estado. Sin embargo, pienso que también tienen motivaciones de orden más bien ideológico. Tampoco hay que excluir factores emocionales.
La Bolivia del presente corresponde cada vez menos al mito inventado por cierta intelectualidad y machacado hasta el cansancio por el sistema educativo y la propaganda gubernamental. Hace décadas que dejamos de ser un país rural y el español es el idioma mayoritario desde hace medio siglo, en camino a convertirse en la única lengua madre de este país.
En cuanto al curioso concepto de "indígena", tan conveniente como justificación o excusa... hay que decir que es cada vez menos popular. Y es lógico, ¿quién quiere llevar una camisa de fuerza étnica? Además, se comprende que nadie quiera asociarse con los loquitos etnofascistas que defienden una concepción racial de lo boliviano...
Entonces, los masistas se niegan a realizar un censo honesto porque éste terminaría por confirmar la realidad de un país esencialmente urbano, monolingüe y habitado por bolivianos, no por tribus. Se comprende que no quieran aceptar el mundo, el país, como es. Prefieren naturalmente sus mitos y certezas... son tan tranquilizadores.
Como los niños, piensan que cerrando los ojos o cambiando de tema, el mundo se mantendrá como en su imaginación. Esa es la definición misma de pensamiento mágico o primitivo: creer que nuestros deseos pueden cambiar la realidad.
¿Hasta dónde llegarán con tal de preservar sus mitos? Parece que están dispuestos a todo... Sólo si los dejamos, por supuesto. Por el momento, Santa Cruz lidera la lucha por un país más moderno y que se atreva a mirarse al espejo. Esperemos que el resto del país tenga el valor de seguirlos.
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ