¿Ahora sí, guerra civil? ¡Huevo cara..!
“¡Ahora sí, guerra civil!”, es una de las consignas características del sector radical del masismo que tiene en Evo Morales, García Linera, Juan Ramón Quintana, Gustavo Torrico, Carlos Romero, Marianela Paco, Gabriela Montaño y otros prepotentes militantes del evismo a sus representantes más caracterizados y en sus milicias cocaleras, ponchos rojos, satucos y otros grupos paramilitares sus operadores de la violencia, que actúan protegidos por la Policía y bajo el camuflaje de “movimientos sociales campesinos, obreros y populares”.
Admiradores como son de Fidel Castro y de la revolución cubana, no se cansan de lamentar haber accedido al gobierno por la vía electoral y no como resultado de una victoria militar. “Tenemos el gobierno, pero no el poder…”, decían por tener que cumplir las leyes, estar sometidos a los preceptos constitucionales y no poder hacer su voluntad como lo hizo Fidel Castro en Cuba.
Es así que desde 2003 han intentado inventar una victoria militar, atribuyendo intenciones golpistas a quienes no siguen sus lineamientos. En 2007 arremetieron contra Cochabamba y su prefecto Reyes Villa, a quien intentaron someter mediante la invasión de las milicias cocaleras. Posteriormente, intentaron tomar la prefectura de Pando, que fue defendida por su prefecto, a quien esa actitud le costó 11 años de encarcelamiento, y tiempo después, se dio el inventado complot que culminó con la masacre del hotel Las Américas. Sin embargo, estas estrategias de armar confrontaciones violentas para atribuirse victorias militares culminaron en victorias pírricas, ya que nunca lograron una batalla que pudieran caracterizar como una gran victoria militar.
Peor aun, en 2019, cuando pudieron materializar su nefasta victoria militar frente a un pueblo que protagonizó un levantamiento pacífico con pititas y llantitas, su jefazo histórico, insustituible, infalible, indiscutible, etc., incumpliendo su lema “¡Patria o muerte, venceremos!” (importado también de la Cuba de Fidel), junto a su Estado Mayor, al no poder sostener su escandaloso fraude, renunciaron en masa y vergonzosamente huyeron del país.
Pues bien, después del fracaso del gobierno de Áñez y el retorno del MAS, en la presente coyuntura, con el pretexto del “censo 2023”, demanda legítima del pueblo boliviano enarbolada por Santa Cruz, tratan nuevamente de empujarnos a la guerra civil para derrocar a Arce Catacora y, fraude de por medio, volver al poder con su jefazo de presidente. Sin embargo, el pueblo boliviano se resiste a caer en su trampa y continúa tercamente en su resistencia pacífica.
Fue Martin Luther King Jr. quien dijo que “el odio engendra odio; la violencia engendra violencia. Debemos enfrentar las fuerzas del odio con el poder del amor... Nuestro objetivo nunca debe ser derrotar o humillar al hombre blanco, sino ganarnos su amistad y comprensión”. De la misma manera, en Bolivia decimos que nuestro objetivo no es derrotar o humillar al colla, camba, chapaco, chaqueño, al mestizo o al blanco, etc., sino articularnos en base al respeto fraternal que debemos cultivar entre todos los bolivianos.
Columnas de FREDDY CAMACHO CALIZAYA