Microliderazgos
Estamos en modo perdedores. En el Mundial de la Diplomacia, efectuado en la Corte Internacional de Justicia de la Haya, hemos obtenido un resultado desfavorable: Bolivia 0, Chile 2.
También hemos perdido miles de hectáreas consumidas por incendios provocados y tierras avasalladas por los autodenominados interculturales.
Con respecto a la primera pérdida, Carlos Toranzo Roca, intelectual boliviano profesionalizado en economía y especializado en ciencia política, dijo que Morales se relaciona con la misma y que “su nombre será recordado porque él condujo a que se ratifique la pérdida de nuestro litoral, sus bravuconadas no hicieron mella en La Haya, su ignorancia sobre temas de Estado condujo a que Bolivia cierre negativamente el litigio con Chile y perdamos nuestra salida al mar. La derrota en La Haya sobre la cuestión del Silala también es herencia suya. Ese es su legado”.
Vamos al segundo tiempo, hablemos de microliderazgos positivos y veamos que sí podemos ganar, siendo un microlíder. Sirva de ejemplo el caso de Japón, en el Mundial Catar 2022, donde ha ganado posiciones.
El antetítulo a su actitud se llama atarimae: dejar algo mejor a cómo lo encontraste. Por eso limpian los estadios deportivos y dejan pequeños presentes en los camarines.
El título principal se llama Samurai Azul. En 1992 ellos estaban tocando fondo en el tema futbolístico, cuando Bolivia estaba en su mejor momento.
Ellos dijeron: en los próximos cien años, vamos a ser campeones del mundo. Ese es su plan: Japón líder mundial de fútbol en 2092.
Han pasado 30 años y Japón va muy adelante en el tablero del Mundial y no es casual. Tiene que ver con su cultura de la excelencia, del mejoramiento y con metas de larguísimo aliento.
Eso da para pensar en Bolivia, que siempre está mirando al pasado, desde el balcón de los “famosos” 500 años, y glorifica a la selección de fútbol del 93 y a la del 63, pero ¿qué ha hecho desde entonces? Solamente ha alabado a los mejores, pero no ha construido nuevos líderes. El trabajo de un líder no es que la gente lo mire. Un líder construye más líderes. Todos tenemos ese potencial en pequeños espacios.
El gran defecto que tiene Bolivia y que la está hundiendo todos los días es precisamente que espera a un salvador, a un Evo, un Camacho, un lo que sea. A cualquier autoridad, que aglutine y que la unifique como país.
Algo que no necesitamos. No deberías esperar a que tu jefe te dé una orden para realizar una acción. Tú mismo puedes hacer buenas acciones en el barrio, la escuela, la oficina, en tu condominio, o al interior de tu familia, lograr pequeños o grandes cambios. Tú eres líder y estás llamado a serlo.
Eduardo Galeano decía “gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, es la que está cambiando el mundo”. Llegó tu hora. Transfórmate y se un microlíder.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER