Un tipo como tú
El tema es irresistible. Shakira es hoy la sensación y se mudó a vivir al ojo del huracán. Hay quienes le reprochan el ataque musical contra Piqué compadeciendo a hijos y “su reemplazo” femenino. Hay también quienes defienden su derecho al despecho público y encendido.
Lo que no tiene desperdicio es la polémica alrededor de las relaciones de género y la asimetría con la que la sociedad suele juzgar el resentimiento.
Lo primero es que ninguno de los involucrados puede exigir contar con el escudo de la privacidad. Ser famoso obliga a pagar la factura de la intromisión universal en tus afectos y desafectos.
Lo segundo, al ser controversia global, Shakira y Piqué pasan a segundo plano. La gente debate ahora sobre sí misma y lo hace con base en sus experiencias amorosas y forma de pensar y practicar el amor.
Lo tercero, Shakira se ha puesto en pie de igualdad. Los hombres, habituados a manifestar su despecho hasta el borde del feminicidio, padecen ahora una pizca de su propia medicina.
Lo cuarto es si el resentimiento es igual en ambos sexos o hay diferencias. Los hombres suelen mostrar despecho fustigando la moral sexual de quien los deja. ¿Y las mujeres? Shakira marca distancias de calidad entre ella y la nueva (Rolex-Casio).
La otra arma de Shakira ha sido menospreciar el intelecto de Piqué. Al hacerlo quizás enloda a los deportistas, juzgados muchas veces por ser solo músculo.
Por último, está el elemento decisivo en la balanza: llorar o facturar. Shakira anuncia que llegó la hora de la autonomía económica de las mujeres. Tratándose de dos millonarios, quizás el parangón sea chirriante, pero expresa una demanda masiva de la población femenina.
“A ti te quedé grande”... el clímax de la canción. Golazo contra Piqué y la masculinidad basada en el ridículo tamaño.
Columnas de LA H PARLANTE