Bolivia se sube a la ola de los bonos verdes, sociales y sostenibles
En los últimos años, las empresas han tomado mayor conciencia en el rol transcendental que pueden desempeñar en la lucha, entre otros, contra el cambio climático, la transición hacia una economía descarbonizada, sin descuidar su rentabilidad. Es así que hay un aumento en el flujo de financiamiento hacia actividades menos contaminantes y, en paralelo, un incremento de emisiones de instrumentos financieros como los bonos temáticos.
Los bonos temáticos son instrumentos de renta fija emitidos con el objetivo de abordar el cambio climático o facilitar soluciones ambientales y sociales, entre otros. De acuerdo con el BID, estos bonos ofrecen soluciones más innovadoras para abordar los desafíos de la sostenibilidad, pues demuestran resiliencia en tiempos de crisis y resultan atractivos cuando se trata de abordar los temas relacionados con el desarrollo sostenible.
En este contexto, mediante la Resolución ASFI/1392/2022 de 30 de diciembre de 2022, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) ha aprobado modificaciones al Reglamento del Registro del Mercado de Valores, incorporando lineamientos referidos a la autorización y registro de la oferta pública para la negociación de Bonos Verdes, Sociales y/o Sostenibles en el mercado de valores de Bolivia.
El proceso de estructuración financiera de estos bonos temáticos es similar al de un bono regular; sin embargo, para darle su carácter temático, existen requisitos que los emisores deben adoptar relacionados, entre otros, con la revisión externa previa y posterior sobre la transacción por empresas autorizadas por la ASFI, y que los bonos estén esencialmente destinados a proyectos con beneficios ambientales específicos o el bienestar de un determinado colectivo social.
Sin embargo, no es suficiente decir que un proyecto es verde, social o sostenible para que el financiamiento fluya hacía él. Por ello, resulta crucial contar con mecanismos que aseguren que el dinero conseguido con los bonos temáticos vayan efectivamente a estos proyectos, evitando el denominado greenwashing, es decir, crear una imagen ilusoria de responsabilidad, por ejemplo ambiental, con proyectos que dicen ser verdes, pero que en realidad no lo son.
Al final, los bonos temáticos tienen beneficios no solamente a las empresas emisoras con la diversificación de sus inversiones, la atracción de inversionistas con estrategias sostenibles y la mejora de su reputación, sino también para la sociedad boliviana al ofrecer al mercado nuevas alternativas de financiamiento e inversión que aporten al desarrollo sostenible. Si bien hay aspectos en la norma de la ASFI que tienen que ser precisados, lo cierto es que los Bonos Verdes, Sociales y Sostenibles han llegado para quedarse en Bolivia, y sin vuelta para atrás.
Columnas de MARIO BALLIVIÁN CABRERA