Prefieren sentir en vez de razonar
La falta de uso de la razón en la política y la radicalización de la sociedad son problemas cada vez más presentes en Santa Cruz y el mundo entero. La polarización basada en noticias falsas se ha vuelto cada vez más común, lo cual ha llevado a una sociedad cada vez más dividida y a la toma de decisiones políticas basadas en la emoción y la creencia, en lugar de razón y evidencia.
El uso de la razón, pensamiento crítico y sentido común son fundamentales para construir una sociedad democrática y justa, pues la razón permite analizar la información y las opiniones de manera objetiva. Sin embargo, la falta de ésta ha llevado a la conformación de una sociedad cada vez menos informada, plagada de mentiras y generando zozobra e incertidumbre.
Este último tiempo de crisis, la institucionalidad cruceña quiso ser golpeada por radicales, de esos que prefieren sentir en vez de razonar, de esos que viven para dividir, proponiendo paros inoportunos, peleas que apuntan a desmoralizar, enfrentamientos, entre otros. Realmente no cuentan con un verdadero plan y siguen sin entender que la fuerza de Santa Cruz es su economía. Intentar destruirla es atentar contra la maquinaria que mueve a esa resistencia civil frente al abuso. Se tachan de “valientes”, cuando su naturaleza es efímera e improvisada. Atacan ferozmente a todo aquel que quiera utilizar la razón, la lógica y sentido común. A estos últimos los tildan de masistas, cobardes, traidores, vendidos y tibios cuando no es así.
Estas personas trataron de conseguir desde adentro lo que nuestros enemigos no pudieron desde afuera: debilitar nuestras instituciones, pero no lo lograron, porque hay voces que no callan frente a ellos. Disentir nunca estará mal porque hasta el más crítico es un colaborador, pero hay una delgada línea entre opinar para construir y opinar para destruir. Por eso es importante que los líderes e instituciones promuevan un diálogo civil y una cultura de respeto hacia opiniones y creencias divergentes. Es más que necesario un cambio cultural. La sociedad debe valorar y fomentar el debate constructivo, y no el discurso de odio, mentiras y polarización. Esto incluye fomentar la empatía y la comprensión hacia aquellos con opiniones y creencias diferentes, así como desarrollar habilidades de escucha activa y resolución pacífica de conflictos.
Para combatir estos problemas, es necesario un enfoque multidisciplinario que abarque la política, educación, tecnología, economía, entre otros ejes. Es el trabajo de todos aportar a que esa institucionalidad que tantas luchas ha ganado pueda seguir aportando no sólo a Santa Cruz, sino a Bolivia, porque la legitimidad de nuestro gobierno moral no reside en una persona, reside en sus instituciones (las cuales se mantienen en el tiempo) y en cada uno de sus miembros que representan a toda la sociedad en sus diversos sectores. La unión es el único camino, esta es una lucha de largo aliento.
Columnas de SEBASTIÁN CRESPO POSTIGO