Despolitizar la justicia
La modificación de la modalidad de selección de candidatos para las elecciones judiciales de octubre es objeto de tres iniciativas, de distinto origen, que pugnan por prosperar.
Dos de ellas apuntan a conseguir la independencia judicial, comenzando por los altos tribunales, y la otra, a mantener el dominio del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el Órgano Judicial.
Esta última, traducida en una propuesta de reglamento la selección de candidatos a magistrados, proviene de asambleístas del ala renovadora del MAS, carece del apoyo de la facción rival y provoca la desconfianza de la oposición parlamentaria.
La experiencia de la elección del Defensor del Pueblo, en septiembre del año pasado, justifica esa desconfianza en un reglamento impuesto por el oficialismo para conservar su dominio en todas las instancias del Estado.
Las otras dos iniciativas para modificar el proceso de selección de postulantes a las más altas magistraturas apuntan al mismo objetivo: conseguir que los candidatos sean designados por sus capacidades, méritos y probidad, y no por su pertenencia partidaria ni su tendencia ideológica, como ha ocurrido en las dos elecciones judiciales pasadas.
Para ello, ambas plantean mecanismos y estructuras que eliminan el dominio pleno y exclusivo que tiene actualmente la Asamblea Legislativa en la conformación de las listas de candidatos a magistrados.
La primera de esas iniciativas apunta a una reforma más amplia del sistema judicial mediante referendo. Es la propuesta de los Juristas Independientes que se puso en marcha en julio del año pasado y está en su etapa de recolección de firmas.
La otra es de Comunidad Ciudadana (CC) y se traduce en “un proyecto de Ley de Garantías, que establece que la Asamblea Legislativa Plurinacional delega la preselección de candidatos (as) a una instancia que es un tribunal de méritos (uno en cada departamento)”, según explicaba el lunes el líder de esa alianza política que detenta la mayoría opositora en el Legislativo.
Podría pensarse que la iniciativa de CC va a perjudicar a la de los Juristas Independientes. Pero no parece evidente, pues cada una de ellas se juega en un ámbito distinto: el proyecto de ley en la Asamblea Legislativa y la propuesta de referendo en la sociedad civil.
Así, es razonable esperar que ambas prosperen y se consiga arrancar a las elecciones judiciales de la influencia del MAS en la preselección de candidatos.
CC tiene la ventaja de ser la bancada opositora más numerosa en el Parlamento y ya anunció que impedirá la aprobación de las listas de postulantes que necesitan para ello los 2/3 de votos. Y también podría adherirse a la campaña de recolección de firmas para el referendo de reforma judicial.