Inteligencia artificial, estupidez natural
El término que tú estás buscando es paradoja. Te puedo decir qué es una paradoja y, mucho mejor, te doy un ejemplo. Mientras escribo estas palabras muchísima gente, sobre todo en la comunidad académica, está preocupada, y está generando eventos para hablar sobre la inteligencia artificial, los alcances de esta herramienta, las implicaciones legales, y éticas de cómo esta tecnología podría reemplazar al ser humano y eventualmente desarrollar una industria exponencial fascinante que tenemos frente a nosotros.
Queda claro que vivimos tiempos fascinantes. Pero al mismo tiempo mientras trataba de llegar a una conferencia sobre inteligencia artificial he tenido que sortear bloqueos por demandas tan básicas y elementales como la calidad de la educación, donde para hacerse escuchar se usaron recursos vigentes desde hace cinco mil años: piedras, gritos, llamadas a la guerra y uno menos antiguo: petardos. ¡Cuándo no!, los petardos son la banda sonora y el recordatorio de que, aunque hablemos de inteligencia artificial, seguimos anclados hace miles de años en lo mismo.
Pájaros, aves, loros, perros, y todo aquello que “hace que nuestras ciudades sean lindas, amables, y amigables” es destruido por el reclamo de unos cuantos. No voy en contra de su reclamo que puede que muchas veces sea válido. Voy a la forma. Seguimos siendo ese país sordo donde quien grita más fuerte es el que se hará escuchar, pero de cumplir con la ley, nada de nada.
La cosa es gritar. Luego las víctimas son pájaros sin pico, árboles quemados y los nervios de punta entre personas que lastimosamente nos hemos acostumbrado a decir “es que hay bloqueo, es que hay manifestación, es que hay marcha” mientras que al mismo tiempo hablamos de inteligencia artificial y paradójicamente convivimos con la estupidez natural que nos caracteriza como país.
Vamos notando, además, que se preocupan porque la inteligencia artificial vaya a reemplazar trabajo de la gente.
Qué interesante sería ver que la inteligencia artificial reemplace a los que cobran por bloquear, a los que cobran por ser guerreros digitales para entrar a redes sociales y, dizque, apoyar al compañero.
Qué interesante sería ver el reemplazo de los flojonazos que, estando en cargos públicos, sólo se dedican a sacarle brillo a su jefe. Qué interesante sería ver cómo se reemplazan los trabajos de quienes destacan los logros de su gestión, pero enterrando a la gente en toneladas de papel y burocracia. Habrá que ver cómo la inteligencia reemplaza a los que dan fichitas y piden fotocopias de carnet. Ojalá ese día lleguen pronto.
La autora es periodista
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER