Una aproximación integral a la problemática de la violencia contra la mujer
La Carrera de Derecho de la Universidad Católica Boliviana en Tarija acogió el viernes 21 de abril un simposio sobre la problemática de la violencia contra la mujer en el país, en coauspicio con La Agencia de defensa de los derechos humanos de los hombres, la Pastoral Penitenciaria de Tarija, y su Centro de Estudiantes y Sociedad Científica; articulando tres enfoques necesarios e importantes: 1) el derecho penal; 2) el activismo en defensa de los derechos de los varones; y 3) los efectos de su aplicación en el ámbito penitenciario.
Los expositores fueron la abogada penalista Mónica Ugarte Watchel, asesora jurídica y patrocinadora de causas en estrados judiciales, docente universitaria postgraduada y candidata al doctorado en Derecho en la Universidad Católica de Argentina; la activista, fundadora y directora de La Agencia de defensa de los derechos de los hombres, Melania Torrico, licenciada en Comunicación Social con Maestría en Administración de Empresas y otros postgrados, concejal municipal y Directora Nacional de Trata y Tráfico de Personas, presentó las bases de inspiración y áreas de trabajo de la institución que dirige. Finalmente, el sacerdote y psicoterapeuta Miguel Sotelo, responsable de la Pastoral Penitenciaria de Tarija compartió su visión y preocupaciones desde el acompañamiento a los reclusos.
La abogada Ugarte remarcó la necesidad de enfrentar la problemática de la violencia de género y la importancia de la promulgación de leyes simbólicas como la 348 para visibilizarla, conforme a la tendencia internacional en la materia. Sin embargo, compartió tres preocupaciones sobre dicha tendencia: los riesgos de generalización en la utilización de precedentes (casos previos), dejando de considerar las circunstancias de cada caso concreto; los sesgos cognitivos de la búsqueda de confirmación de supuestos; y la incorporación de estímulos externos para obtener fallos direccionados vía los concursos de sentencias con enfoque de género. En otras palabras, alertó sobre la aplicación de la analogía, vedada en materia penal en función de las garantías de los procesados; sobre la manipulación de los datos del proceso para confirmar estereotipos y prejuicios (el hombre es siempre culpable y la mujer nunca miente) y sobre la conversión de los jueces en perseguidores de premios y no de la verdad de los hechos para sentenciar.
La licenciada Torrico recordó que durante 14 años se dedicó al activismo por los derechos de las mujeres, decidiendo hace ocho meses dar un viraje para dirigir su esfuerzo hacia la defensa de los derechos de los hombres por considerar que han quedado indefensos por leyes promulgadas en función de proteger sólo a las mujeres, convirtiéndoles en víctimas de un sistema que les prejuzga como culpables por el solo hecho de ser hombres, condenándoles en muchos casos a sola denuncia y sin pruebas concluyentes. Afirmó que el trabajo de La Agencia está procurando datos de muchos casos de violencia de mujeres contra ellos que, o no son denunciados por vergüenza o, siendo denunciados, no son atendidos por prejuicios. Destacó la importancia del activismo para evitar la injusticia y la necesidad de impulsar la promulgación de disposiciones legales orientadas a proteger la dignidad y los derechos de los hombres.
El padre Sotelo habló de las causas de los delitos, en general, y de los vinculados con violencia en especial. Dijo que todos cargamos un equipaje de bondad y maldad, raíces de la existencia, con influencia decisiva en la conducta, lo cual debe ser atendido para sanar y evitar delitos. Llamó la atención sobre el mismo fenómeno en los ámbitos colectivos e institucionales, lo que afecta en la vida social y al Estado. Deploró que para quienes legislan y operan la llamada justicia, pervertida actualmente, quienes son sospechosos de la comisión de delitos dejan de ser personas para ser datos en un papel, expresando profunda preocupación por el incremento del hacinamiento carcelario, el exceso de detenciones preventivas, las deficiencias del sistema penitenciario y la negligencia institucional generalizada ante ello. Apuntó que la humanidad somos hombres y mujeres, juntos, iguales en dignidad, y que las miradas que ignoran a unos u otras no conducen a soluciones de verdad.
El simposio contribuyó a identificar fragmentos de verdad, provocadores de preguntas respecto de la multicausalidad de la violencia en función de superar sus índices tan alarmantes, de la búsqueda de equilibrio entre la igualdad y la protección a los más vulnerables, y de las estrategias para la prevención de la violencia y la criminalidad.
La participación de cerca de 80 personas, casi todas jóvenes, y la formulación de muchas preguntas a los expositores, pusieron en evidencia que es tiempo de hablar de esta problemática rompiendo los límites de lo políticamente correcto en tributo a la verdad, razón de ser de las universidades, y de la justicia, razón de ser de las carreras de derecho.
La autora es abogada
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