De Arce a Morales: el que ríe al último…
Con la nueva designación de Eduardo Del Castillo como ministro de Gobierno, el presidente Luis Arce marcó el inicio de un nuevo ciclo en el MAS y la ruptura tal vez definitiva con Evo Morales y el grupo de asambleístas radicales —la mayoría cocaleros— que respaldan al exmandatario.
Los tiempos de Morales como jefe indiscutido del MAS parecen haber llegado a su fin y se produce un viraje de la mayor parte de la militancia y la dirigencia de los movimientos sociales hacia un futuro bajo la conducción de Luis Arce.
En su discurso del acto de posesión, el presidente destacó precisamente que fueron esos movimientos los que se pronunciaron a favor de la continuidad de Del Castillo en el cargo. “Escuchamos al pueblo”, dijo y confirmó así que ha logrado articular un sólido bloque de respaldo para enfrentar la presión interna.
Morales fue el nombre ausente en los discursos de Arce y Del Castillo, pero estuvo más que presente en una nueva narrativa que lo ubica entre “los malos bolivianos” —el presidente textual— que bloquean el trabajo del Gobierno y que no reconocen el sacrificio que se hizo para defender la dictadura frente al “golpe de Estado”.
Más cauto que Del Castillo, quien no ahorró adjetivos para calificar a sus interpelantes, Arce aprovechó la mayor parte de su discurso para hablar de su agenda de futuro, una manera de mostrar que no será parte de la confrontación política que propone el expresidente.
En el acto, el jefe de Estado se sintió arropado por la presencia de representantes de casi todos los movimientos sociales, incluidos los interculturales y campesinos, que ahora sí expresaron de manera militante de qué lado se ubican en la pugna partidaria.
La censura fue una victoria pírrica y fugaz de Morales y del grupo radical de cocaleros que se atrevieron incluso a insinuar que el ministro censurado estaba ganando tiempo para salir hacia el “exilio” y de algunos opositores que se apresuraron a celebrar el “éxito” ajeno como suyo.
El propio jefe de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, felicitó a la bancada de su partido “que promovió y logró la censura del ministro de Gobierno por su ineficiencia, poca transparencia y rol nefasto en la persecución a la oposición democrática” y exigió al presidente cumplir el mandato constitucional de excluirlo del Gabinete “sin demoras”.
Arce esperó las 24 horas que legalmente tenía para tomar una decisión, dejó que las especulaciones fueran y vinieran en el ambiente político, midió sus fuerzas y durante casi toda la ceremonia de posesión de Del Castillo mostró una sonrisa victoriosa, como haciendo suyo el refrán aquel de que quien “ríe al último, ríe mejor”.
Columnas de HERNÁN TERRAZAS E.