Que suba todo, menos la Coca Cola
La inflación de Bolivia, al mes de junio, es del 0,22 por ciento, más baja que el mes pasado; el acumulado de 2023 es del 0,79 por ciento hasta el último dato del IPC según datos oficiales.
Según el INE, en cuanto a los bienes y servicios, el mes pasado la “arveja verde” tuvo la mayor variación en su precio, en 6,35 por ciento, mientras que los “huevos” cayeron en un 4,33 por ciento.
En cuanto al tema regional, Trinidad tuvo la menor inflación en el país con 0,04 por ciento, mientras que Oruro y Sucre, las mayores con 0,34 por ciento el mes pasado.
Sigue en debate que el IPC estimado por el INE no refleja el verdadero nivel de precios de la economía nacional. Hay una diferencia grande entre las estadísticas y la realidad que se observa en los mercados y ferias, donde en este primer semestre se sintió la caída del poder adquisitivo de los ingresos de los bolivianos.
Actualmente, los productos que son de consumo masivo y regular, canasta básica familiar, representan sólo el 6 por ciento aproximadamente del total de los bienes y servicios ponderados para el cálculo de nuestra inflación, el cual incluye hasta productos de contrabando.
Se recomienda evaluar la metodología de estimación de este indicador, y hacer uno específico sólo para los productos como la carne, huevo, harina, leche, papa, aceite, pan, tomate y otros, cuyos cambios de precios sí afectan notablemente nuestra capacidad de compra.
Un ejemplo real: la botella de vidrio de Coca Cola de litro y medio costaba 5,50 bolivianos, pero en pocos meses subió a 6,50, es decir en un 19 por ciento, lo cual es reflejo también de que los insumos productivos están más caros por la escasez de dólares, lo cual repercute en precios más elevados para el consumidor final.
Columnas de FERNANDO ROMERO