El nuevo orden mundial del siglo XXI y el plurinacionalismo
Estamos viviendo un nuevo tiempo y el otrora “nuevo orden mundial” del siglo XX está siendo eliminado. El nuevo poder mundial necesita expandirse más allá de las fronteras nacionales eliminando a los Estados-nación para consolidar la fase de la globalización imponiendo un gobierno único mundial por lo que hablar del imperialismo aludiendo solamente a Estados Unidos, tal como lo hacen los propagandistas del plurinacionalismo, tiene el objetivo de ocultar al nuevo imperialismo expresado en el inédito poder de un solo gobierno mundial, creador del plurinacionalismo en Bolivia a través del socialismo del siglo XXI.
El actual imperialismo es global, además es privado, no depende de los Estados que como antes estaba radicado en Inglaterra y posteriormente en Estados Unidos de Norteamérica, por el contrario, trata de eliminar a todos los Estados nacionales interviniendo en sus asuntos internos en la perspectiva de implantar un solo Estado-mundo actuando unas veces solapadamente y otras descaradamente.
Instala o desinstala gobiernos bajo la dirección y financiamiento de un grupo de megamillonarios corporativos a quienes les es necesario uniformar al mundo instaurando un solo gobierno mundial, estableciendo un ciudadano mundial estandarizado y no dispersamente nacional con variedad de identidades propias. Incluso muchas palabras son reemplazadas como local por “glocal”, gobernación por “gobernanza”, etc., estableciendo la divisoria despectiva.
Las grandes corporaciones muestran el funcionamiento del transnacionalismo que actúa libremente en cualquier punto del planeta, sin nacionalidad de origen, sin domicilio fijo ni asentamiento definitivo: ha desaparecido el “made in…”. En América Latina impone “democráticamente” a sus testaferros mediante elecciones nacionales en los cargos presidenciales.
Organismos internacionales pertenecientes al nuevo orden mundial del siglo XX, empezando por la Organización de Naciones Unidas (ONU), han perdido autoridad moral y jurídica y muchos de ellos convertidos en cómplices de contingencias atentatorias a la humanidad (Covid-19).
La contradicción interna del sistema capitalista es profunda y en el poder global o nuevo orden mundial (NOM) las aguas tampoco son tranquilas, tiene internamente sus propios conflictos en la tarea de ir conformando sus bloques o uniones hacia el establecimiento del poder mundial único, tales las dificultades de la instauración de una sola moneda en reemplazo del dólar o de la implantación de la ciudadanía única o el brexit en Europa con el Reino Unido que no renuncia a su nacionalidad, mientras que los gigantes Rusia y China poseen sus propias proyecciones mundiales.
A los activistas del plurinacionalismo en Bolivia les gusta utilizar la muletilla del “antiimperialismo”, debiendo desenmascararse este sofisma.
Después de un largo proceso de crisis capitalista con la caída de la Bolsa de Viena el 9 de mayo de 1873 finalizó la hegemonía económica del Reino Unido y Estados Unidos inició su expansionismo dirigiendo primeramente su interés a América. Así se esbozó la conocida frase “América para los americanos”.
La Doctrina Monroe, formulada en 1823, establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería considerada un acto de agresión que requeriría la intervención de EEUU. Lo evidente es que esta nación se convirtió en la primera potencia del mundo imponiendo el dólar y las políticas comerciales que planteaba dando lugar a que ejerza supremacía sobre el resto de las naciones e interviniendo en los asuntos internos de los Estados, constituyéndose así “el imperialismo norteamericano”, desplazando al “imperialismo británico”.
A la finalización de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, EEUU y la Unión Soviética establecieron un “nuevo orden mundial” incorporando el principio de la “libre determinación de los pueblos”, dirigido al reconocimiento de la independencia de las colonias europeas radicadas mayormente en África, debiendo respetarse la voluntad de estos pueblos para conformar sus propios Estados independientes.
Esto muestra la diferencia existente con la “autodeterminación” engañosa que maneja el plurinacionalismo en Bolivia, que no busca la descolonización ni la liberación de los pueblos y tampoco la federación de naciones dentro de su territorio, sino más bien su disgregación y eliminación para contribuir a la penetración del poder mundo, de la uniformidad mundial para erigir un solo poder mundial, que al negar al Estado-nación niega a los pueblos, es decir a las naciones con identidades propias, aunque en la Constitución boliviana y en el simple discurso diga todo lo contrario.
Hoy, dicho orden mundial del siglo XX ya no existe porque ha finalizado el tiempo del poder unipolar estadounidense rigiendo actualmente un segundo y distinto nuevo orden mundial capitalista (NOM) dirigido por la plutocracia privada multimillonaria global, disfrazada de plurinacionalista en Bolivia con sus respectivos testaferros criollos.
En próximas entregas iremos detallando sobre las verdaderas causas para la aparición del plurinacionalismo en Bolivia, es decir, hablaremos de lo que no se quiere hablar.
El autor es jurista
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA