El gas se hizo gas
El ineficiente modelo boliviano de economía plural, que nos ha llevado a la calamidad económica que vivimos, tiene un autor. Ahora es presidente de Plurilandia, antes estuvo como ministro de Economía. Han sido 16 años desaprovechados bajo la falsa premisa de “Bolivia cambia”. No hay tal cambio. Y si lo hay es para mal. Vivimos una corta bonanza económica basada en la exportación de gas boliviano a Argentina y Brasil.
Ahora YPFB pretende alquilar los ductos gasíferos bolivianos, para comprar y revender el gas argentino al Brasil. Pasamos de productores a revendedores. Lo peor se viene para más adelante porque la consultora internacional Wood Mackenzie estimó que, después de 2030, Bolivia deberá importar gas para su consumo interno.
Funesto futuro para Bolivia. Pésimo para Tarija que durante años vivió una bonanza de millonarias proporciones asociada al gas.
Tarija sabe que el gas se hizo gas, y está buscando alternativas para evitar que la crisis lo golpee hasta dejarlo muerto. No le sirve llorar sobre la leche derramada. Cuando pudo invertir lo que ganó con el gas, no lo hizo. El gobernador masista de entonces evitó usar sus neuronas. El resultado es evidente. El departamento vive retrasado.
Pero hay una corriente de micros, medianos y grandes emprendedores que quieren obtener mejores ingresos. Están apostando por el turismo, por tratar bien a los visitantes, por llevarlos por la ruta del vino y del singani. Las destilerías y bodegas han abierto sus puertas. Muestran cómo obtienen estas bebidas y están, entre otros, los fabricantes de quesos caprinos y jamones serranos. Asimismo, muestra otros atractivos como el Observatorio Santa Ana, para los fanáticos de la astronomía.
En palabras simples: están conscientes de que los miles de millones de dólares del impostor proceso de cambio se hicieron humo. Pero buscan cambiar su matriz productiva. Por supuesto el Gobierno les pone trabas, como el 40% de gravamen sobre cualquier botella de vidrio que importen, porque quieren obligarles a usar las que produce la Empresa de Envases de Vidrio de Bolivia, imponiendo su monopolio.
El gobierno central insiste en el modelo de la economía plural, extractivista, capitalista depredador. Es ciego. No impulsa la economía naranja. Así que para 2025, si no cambian las cosas, tendremos el salar de Uyuni hipotecado a los chinos, la Amazonía boliviana vendida al agronegocio y la exselva del Chapare, a los cocaleros.
Y como se lee en una calle en Belfast: “Una nación que tiene un ojo en el pasado es sabia. Una nación que tiene los dos ojos en el pasado es ciega”. Dejemos de ser ciegos frente a lo evidente.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER