Oportunidades urbanas para Cochabamba
Es oportuno reflexionar sobre las condiciones urbanas que presenta Cochabamba y evaluar aquellos aspectos que pueden ser solucionados de manera inmediata y eficiente, como mecanismos para mejorar la calidad de vida de los residentes
La ciudad ha sufrido un proceso beneficioso de metamorfosis urbana, cuyo impulso se hace visible con mayor fuerza desde la década de los años 90. Se han acondicionado muchos elementos a una nueva forma de habitar la ciudad, considerando su capacidad poblacional, expansión de su mancha urbana, y todos los efectos colaterales que produce esta situación. Sin embargo, existe aún mucho por intervenir para poder lograr condiciones de funcionalidad urbana que vayan acordes al avance técnico y científico producido en el mundo.
A través de una mirada integral de la problemática urbana es posible identificar aspectos principales que podrían ser parte de un proceso de regeneración mediante un plan de implementación “etapabilizado” satisfaciendo necesidades urbanas de una población que demanda mayor atención administrativa.
1. Expansión urbana con sustentabilidad. En el contexto de las microexpulsiones y del éxodo rural, el actual fenómeno de crecimiento periurbano revela escenarios que refuerzan la marginalidad y visibilizan la pobreza, destacando la precariedad del suburbio y la repercusión de las condiciones de vulnerabilidad social y ambiental de todo el territorio.
Los proyectos de alta taquilla ejecutados dentro de la infraestructura urbana no necesariamente forman parte de la priorización del desarrollo local, y solo revelan las marcadas diferencias de los planes operativos.
En la perspectiva de alcanzar el desarrollo sostenible, el proceso de urbanización demanda como condición sine qua non la habitabilidad y el confort urbano. Este estado implica necesariamente incorporar la justicia social para el acceso colectivo a todos los atributos urbanísticos. Para alcanzar esta satisfacción son determinantes políticas integrales y estrategias de acción propuestas a escala local, capaces de aportar en el mejoramiento de la convivencia ciudadana.
2. Manejo eficiente e inclusivo de espacios públicos. El espacio público constituye el lugar de encuentro para el esparcimiento e interacción de los habitantes, el foco de creación del imaginario urbano, el empoderamiento ciudadano, y el núcleo de formación de la identidad local y nacional.
Representa también el eje principal del crecimiento urbano y de la planificación de las ciudades, por lo que debe ser analizado como elemento puntual de intervención para el fomento de la recreación y el tejido social y programar obligatoriamente recursos de inversión pública de manera constante.
La regulación del uso de suelo, la ubicación de equipamientos y la infraestructura sanitaria, deben integrarse con la refuncionalización de la estructura urbana, la revitalización de la imagen urbana, la revalorización de sus hitos urbanos, y el diseño de espacios públicos, para optimizar el confort urbano, la evolución social y económica, la cohesión y la participación comunitaria.
3. Movilidad urbana y transporte público. La movilidad urbana constituye un trasformador social y urbano, donde los medios de transporte no son el objeto de estudio, sino, los desplazamientos que de manera autónoma desarrollan las personas. Desde esa perspectiva, la movilidad urbana corresponde a las demandas ciudadanas en un espacio urbano, con la oferta de un servicio de alta rentabilidad social.
Perfeccionar este componente debe ser parte de un proceso integral de planificación para el desarrollo urbano, que permita ordenar la ciudad en términos funcionales, morfológicos y paisajísticos, es decir, refuncionalizar la vialidad, revitalizar el espacio público y renovar los aspectos de conectividad.
La implementación del espacio público debe concurrir paralela con la movilidad, de manera de desarrollar mayor interacción ciudadana. Los espacios públicos de recreación, áreas verdes, paseos peatonales para movilidad alternativa, mejor infraestructura accesible, condiciones de seguridad y confort diversificarán el reparto de viajes impulsando nuevas formas de desplazamiento.
4. Movilidad alternativa activa En Cochabamba, la utilización de la bicicleta, como medio alternativo de transporte urbano, todavía no es masiva al no rebasar más de mil viajes diarios con menos de 300 usuarios; no es parte del panorama urbano, por lo que aún su impacto no sugiere la sustitución del servicio de vehículos motorizados, y no pasa de ser un medio recreativo, más visto en fines de semana o en el denominado “día del peatón”.
Su complemento, vale decir la infraestructura vial especifica; ciclovías, ciclorrutas, ciclo bandas, y ciclo estacionamientos, debidamente ubicados, aún no son parte de la trama urbana de manera eficiente y su improvisación es visible, al no ser parte de circuitos y sectores de espacios públicos peatonales.
5. Estrategias de densificación urbana. Urge densificar sectores centrales a partir de los ejes de transporte masivo de pasajeros que vinculan la ciudad de Cochabamba con los subcentros metropolitanos. Revitalizar el territorio articulando con usos mixtos, posibilita la diversificación de actividades de comercio y servicios, y evita la monofuncionalización.
También regular la altura de edificaciones en el tejido urbano, zonificando estratégicamente para concentrar mayor capacidad de carga en la demanda de espacio público. Dotar prioritariamente espacios públicos de infraestructura urbana en áreas de centralidad y nodos de transferencia (a futuro multimodal), utilizando la potencialidad de densificación de cada zona de la ciudad.
6. Revalorización y rehabilitación del centro histórico. En Cochabamba, el centro histórico tradicional permite el reencuentro de ciudadanos con la vieja historia, es también el actual espacio de intercambio económico, social, y cultural que demanda la restauración de su patrimonio y la incorporación de equipamientos urbanos que optimicen su aptitud espacial, proporcionando espacios complacientes a los residentes y visitantes, y garantizando la conservación del pasado histórico.
La posibilidad de peatonalizar este sector mediante el manejo de conectores culturales, históricos, ecológicos aportaría —más allá de la preservación histórica y religiosa de su entorno— al refinamiento de la imagen urbana y al fortalecimiento del emprendimiento económico. Por tanto, revitalizar este espacio histórico cultural podría ser el inicio de un trabajo de revalorización de otros ambientes urbanos que permitan mejorar la morfología y la funcionalidad de la ciudad en su concepto integral.
En resumen, el establecimiento de un modelo urbano acorde a las demanda y necesidades específicas de la población y que encare de manera satisfactoria los desafíos que plantea el urbanismo sostenible, debe permitir: el fortalecimiento institucional multiescalar, la optimización de la infraestructura urbana y los servicios públicos resilientes que permitan minimizar el impacto medioambiental; el mejoramiento cualitativo y cuantitativo del déficit habitacional, el acceso a servicios básicos y espacio público, entre otros. Vincular el aspecto ambiental a la productividad urbana es el gran desafío para transformar las crisis de oportunidades para Cochabamba.
El autor, Ph. D., es investigador del Ceplag – UMSS, mkquiroga@gmail.com
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