Milagro
Vengo del futuro, vengo a contarles que ha sucedido un milagro en Urkupiña. Así es.
Siguiendo las Sagradas Escrituras, ahí está María, una mujer abnegada y bendecida, sin pecado concebida, madre del Creador, recibiendo a los fervientes de MordorCollo y Plurilandia, con ofrendas en forma de alimentos para los hambrientos y medicinas para los enfermos.
Cada agosto, los devotos de María, cambian los trajes de lentejuelas y brillos, por abundantes donaciones a los centros más necesitados de la zona, como el Parque de las aves Agroflori y todos los refugios de perritos y gatitos, sin olvidar el arduo trabajo que realiza la parroquia local, que ahora tiene un comedor popular y un espacio para recibir a las personas en situación de calle. Ciertamente, la devoción por María de Urkupiña ha obrado más de un milagro en la zona.
Grandes milagros, también han sucedido con las piedras, los otrora dueños de combos y martillos que minaban al cerro de Cota por un amuleto para el negocio o el amor, ahora ponen sus herramientas al servicio de la comunidad: limpian caminos y aceras.
Otros que se han sumado a la causa de la benevolencia y la gratitud con la María de Urkupiña, son los vendedores de miniaturas, sean casas, billetes, pasajes o títulos. En lugar de gastar papel en vano, están reforestando miles de hectáreas, sembrando jacarandás, molles, pacayes, kewiñas, para dar futuros hogares a horneros, palomas, y picaflores.
La Iglesia católica, a través del Santuario Nuestra Señora de Urkupiña que está a cargo de la distribución de espacios del cerro a los comerciantes, emocionada por tanta demostración de buenas acciones, recordó ese hermoso pasaje bíblico de Nuestro Señor, quien chicote en mano, echó a los vendedores de la casa de Su Padre, para devolver el silencio que requiere, a este lugar de oración, hoy comparado con santuarios como Lourdes o Fátima.
Qué gran milagro ha sucedido: los miles de feligreses han descubierto que la fe se vive respetando los dos mandamientos más importantes: no ensuciarás la calle con tu basura, y no trancarás ni bloquearás el paso a los otros. Desde entonces, este espacio se ha vuelto el nuevo paraíso terrenal.
Se acabó el negocio de la Virgen prestamista, de “me das esto y yo te prometo aquello” y se ha convertido en una zona ejemplar, donde las autoridades no se sacan foto cada vez que hacen una obra, donde Mordorbamba y su río huelen a lavanda y jazmín, y donde alegrarse y bailar, no son consecuencias del alcohol en la sangre, sino de espíritu en el corazón.
Grandes milagros han sucedido en Urkupiña desde que descubrimos las palabras fundamentales de María, “hagan lo que Él les diga”, y se descubrió el significado de ser luz para el mundo, sal para la tierra, perdonar, orar, ser como el samaritano y tantas enseñanzas que nos dejó Su Hijo.
Gracias por tantas bendiciones, porque cada año nos recuerdas el gran cambio positivo que podemos generar en nuestro entorno a partir de su “devoción”.
Ora pro nobis peccatoribus “folcloris” basuralis.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER