Pactos con fracasados
Javier Milei, el argentino que podría ser presidente en diciembre y acabar con la nefasta gestión del peronismo, recibió una invitación de China para hablar sobre el futuro, y su respuesta fue: “No pactamos con comunistas”.
Pero el Gobierno de Luis Arce decidió casarse con los comunistas chinos y también con la dictadura rusa y llegar a alianzas militares y nucleares muy peligrosas.
La negativa de Milei a pactar con comunistas no es solamente la reacción de un libertario, de un anarcocapitalista, sino la demostración de que ha entendido la lección dejada por la difunta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Ese experimento de poner en práctica la tesis de Marx duró desde 1917 hasta 1989, cuando se derrumbó el muro de Berlín, aunque el certificado de defunción data de 1991, cuando la URSS se desintegró y selló el fracaso definitivo del comunismo en el mundo.
Yegor Gaidar, primer ministro del primer gobierno de la Rusia liberada dijo en su libro State & Evolution que fue la propiedad privada la que derrotó a la URSS.
Los jerarcas soviéticos privatizaron, en beneficio de ellos mismos, las empresas estatales creadas por el fracasado experimento comunista.
Uno de esos beneficiados se llama Vladímir Putin, quien ahora practica el “keynesianismo militar”, según la analista Alexandra Prokopenko, en Bloomberg. Está gastando en armas y en mercenarios, pero cuando acabe la guerra el trauma para la economía rusa será muy doloroso.
Con ese dictador que no se resigna a la idea de que Rusia ha dejado de ser una potencia, y es apenas un Kuwait con bombas atómicas, es con quien Arce ha decidido hacer una alianza político-militar.
El despiste de Arce le hace decir que se deben cuidar los recursos naturales, como el litio, del apetito de “empresas de occidente”, revelando su ignorancia de que Bolivia forma parte del hemisferio occidental. Un mapamundi, por favor.
Y de esa manera niega que los chinos, a los que entregó el litio, puedan tener “apetitos” de los recursos bolivianos, a pesar de la presencia de miles de chinos en la minería ilegal, tolerada por su Gobierno.
Pero también la economía de los comunistas chinos está muy mal. Xi Jinping ha decidido dejar de publicar cifras sobre el desempleo de los jóvenes, mostrando un estilo que conocemos muy bien y que alude al avestruz.
Y, ojo, porque el yuan, la moneda preferida por los “mazistas”, está en su nivel más bajo de los últimos 14 años y las cifras del mercado inmobiliario son las peores de toda la historia, según Shuli Ren, también en Bloomberg.
A pesar de todo esto, Luis Arce sigue decidido a llevar a Bolivia al socialismo que supone eliminar la propiedad privada. Para eso sí tendría que hacer un referéndum, pero que sea vinculante en serio.
Columnas de HUMBERTO VACAFLOR GANAM