Incendios y bomberos heroicos
Loable la labor de rescatistas y voluntarios que estos días combaten la ola de focos de calor en Cochabamba. Miles de hectáreas de bosques nativos perdidas bajo la
mirada de autoridades municipales y gubernamentales.
Es urgente destacar cómo la sociedad civil ha tenido que organizarse para contar con equipos que, a puro pulmón, reúnan las condiciones para trabajar sofocando el fuego con poca o nula ayuda de las autoridades.
Cada uno de los implementos conseguidos por estas agrupaciones, como el SAR, Bear y otros de voluntarios, ha sido producto de donaciones o adquiridos gracias a la recaudación de fondos que la población dona con actividades intensas impulsadas por los mismos voluntarios, como rifas.
Sólo así se ha podido dotar, de a poco, con lo básico a nuestros voluntarios. Y en momentos como éste, donde no funcionan ni el helicóptero “Bambi Bucket” entregado con pompas y sonajas por el gobierno de Evo Morales para apagar incendios, brilla por su ausencia.
¿Cuántos carros bomberos tiene Cochabamba? Podrían contarse con los dedos de las manos. No llegan a media docena.
¿Cuántas mangueras resistentes al fuego? ¿Cuántos trajes especiales antillamas? ¿O batas resistentes a altas temperaturas? ¿O máscaras respiradoras especiales?
¿Cuánto es el presupuesto de las UGR y en qué se emplea?
Nuestros voluntarios se convierten en héroes ciudadanos que hasta deben mendigar para llenar los tanques de sus carros particulares de gasolina y llegar a tiempo a las emergencias.
¡Un aplauso a la plataforma Tunari Sin Fuego que ha podido viabilizar una necesidad urgente y ha unido a las agrupaciones de voluntarios, articulando en logística y viabilizando aportes para equipar a este gran grupo de humanos valerosos!
¡Gracias en nombre de los cochabambinos!
Columnas de ANDRÉS TORREZ VILLA GÓMEZ