La empatía para una mejor calidad de vida
Estuve de visita en Bolivia por cuatro semanas. En mi tiempo en Cochabamba pude ver con satisfacción que el pasado año hubo un programa de arborización y extensión de la ciclovía. En muchas avenidas y calles hay un esfuerzo por recuperar el verde en la ciudad que, debido a un alto nivel de desempleo en los últimos años, ha estimulado que prácticamente cada casa se convierta en un negocio y elimine el jardín delantero y los árboles de las aceras. El hecho de que las calles se hayan transformado de zonas residenciales en zonas comerciales también ha incrementado el tráfico vehicular.
Con pena pude ver que la ciudad se ha transformado en un lugar poco amigable o empático para las personas adultas, personas con discapacidad o incluso transeúntes que deben o quieren circular la ciudad a pie o en bicicleta. Las personas que conducen parecen tener poca empatía y paciencia para dejar que el transeúnte a pie o en bicicleta pueda transitar de forma segura.
En las cuatro semanas que estuve en Bolivia pude escuchar a diario todos los accidentes de tránsito que ocurren. Al hablar de este tema con una colega médico, me comentó de un caso que ella evidenció por este tema en la sala de cirugía. Se trataba de un joven de 23 años que después de jugar voleibol se retiraba con varios amigos en bicicleta a su casa. En el camino fue investido por una motocicleta que le causó una fractura de cráneo.
La motocicleta iba a mucha velocidad sin ninguna empatía de parte de su conductor para pensar que esta forma de conducir podría causar tanto daño. Hoy, ese joven al que chocó por conducir a velocidad vive como un vegetal. Anuló su potencial de vida y también su potencial aporte a la economía boliviana. La calidad de vida de su familia también se redujo porque deben cuidar del joven para mantenerlo vivo y fuera de complicaciones.
Pude también evidenciar que hay muchas personas que conducen con el celular en la mano. En las normas, conducir mientras se habla por teléfono es prohibido, pero más allá de las reglas, ¡se sabe que podrían causar un accidente y aun así lo hacen! ¿Dónde está la empatía? Todos pedimos vivir con una mejor calidad de vida, pero al conducir con demasiada velocidad o hablando por celular no solo no tenemos empatía con los que transitan por las calles a pie o en bicicleta, sino también atentamos contra la calidad de vida de las personas.
La calidad de vida del lugar en el que vivimos depende de las acciones del día a día y de la empatía que tenemos con los demás. ¿Somos empáticos o somos armas contra los demás? ¿somo esclavos del teléfono o tenemos el control de nuestras actividades para vivir con mejor calidad de vida?
La autora es doctora en economía internacional
Columnas de KATHYA CÓRDOVA POZO