Loco como un sombrerero
Algo pasa con los ministros de Medio Ambiente en Bolivia. O terminan presos por ladrones, como Juan Santos Cruz hace unos meses, o se convierten en campeones del mundo de la estupidez, como Rubén Méndez.
El caballero se ilustró hace unos días porque dudó públicamente de los efectos nocivos del mercurio en la salud humana. En lo que parece una explicación a su afiliación política y pocas luces, el señor afirmó que “jugaba” con esta sustancia cuando era niño. Y como dijo sentirse bien, concluyó que debía revisarse la literatura científica. Insondable, mítica y plurinacional estupidez...
El buen ministro me hizo recordar al Sombrerero, excéntrico interlocutor de Alicia en el País de las Maravillas. No sólo porque Bolivia también es un territorio dominado por la irracionalidad y la locura sino por el posible origen del personaje.
Verán, en inglés se usa la expresión “mad as a hatter” (loco como un sombrerero) para referirse a una persona fuera de sus cabales. Y una explicación, no la única, tendría que ver con que, en el pasado, los sombrereros utilizaban compuestos de mercurio para tratar pieles. Con el tiempo, este contacto con dicho elemento tóxico terminaba por provocar serios problemas neurológicos y un comportamiento irracional.
Felizmente, el progreso científico permitió comprender los efectos del mercurio en la salud. Sólo a un loquito se le ocurriría ponerse a jugar con mercurio o dar a sus hijos estos juguetes. O a un ministro masista...
Pero bueno, algo positivo puede salir de toda esta historia, al menos para el gremio de los traductores y amigos del idioma. Como resultaría absurdo traducir “mad as a hatter” de manera literal, pienso que la expresión podría trasladarse a nuestro idioma con un “demente como ministro boliviano” o quizás con un “tan orate como militante masista”.
¿Qué opinan? Algo bueno puede salir de tanta estupidez, ¿no?
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ