El fútbol, la corrupción y los exdirigentes
Virginia Magallanes no dudó, supo desde el mismo instante en que escuchó a su marido y a sus amigos hablar de los amaños en el fútbol y de la manipulación fuera de la cancha, que se trataba de la misma lacra: la corrupción. —
—Cada vez el fútbol se parece más a la política —dijo, mientras servía la comida en aquel primer domingo de septiembre que era un día nublado y algo lluvioso y que atinó a ser Día del Peatón.
Los invitados, vecinos y amigos de ocasión, rechazaron con vehemencia lo afirmado por la anfitriona, asegurando que era algo circunstancial, que en sus gestiones jamás había sucedido algo semejante y que la política era muy distinta al mundo del deporte.
Esa respuesta era obvia y esperada, ya que, de los 10 invitados al menos siete eran exdirigentes de conocidos equipos de fútbol y hasta de la federación de ese deporte.
—Dice que por eso se alargaban los partidos sin ton ni son y que por ello también se sacaban las tarjetas a diestra y siniestra —comentó uno de los invitados.
—Están circulando audios sobre el dinero que se manejaba, insinuando unas cosas y confirmando otras. ¡Nuestro fútbol es una vergüenza! —aseveró otro.
—Lo seguro es que, si quieren que el Wilster empiece el nuevo torneo perdiendo puntos, Cocha se va a levantar —amenazaba alguien más.
—Lo que pasa es que los equipos cambas iban camino al descenso, por eso saltó ahora todo este lío —manifestaba un tercero.
ーLo único seguro es que se va a salvar de bajar de categoría el Palmaflor del Chapare, qué raro, ¿no? —cuestionaba el más viejo del grupo.
—¡Es injusto que se anule todo el torneo! —reclamaba otro que era antiguo dirigente del equipo gualdinegro, que iba por entonces puntero.
—¡Siempre segundones! —se mofaba un tercero que ya elevaba la botella de Huari en alto brindando por los presentes.
Las esposas, reunidas en un lado, reían escuchando la experticia con la que sus maridos detallaban la jugada dudosa o la falta polémica, el jugador inmiscuido o el dirigente corrupto.
—Ojalá supieran cumplir así con las tareas del hogar, o con el cuidado de los hijos, e incluso con nosotros —observaba una de las damas riendo.
Tras los brindis de rigor y los secos de costumbre, molestos ante lo evidente y disgustados por la realidad, los amigos criticaron duramente la corrupción del ahora y el estado del deporte en el país.
Agradecidas las cortesías, agotados los whiskies de 18 años de añejamiento y bien cortados los jamones serranos, los exdirigentes se dirigieron a sus vehículos de alta gama y abandonaron la lujosa casa en la que desmenuzaron la corrupción del fútbol.
El autor es escritor, ronniepierola.blogspot.com
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