Eutanasias y suicidios
Hay un debate sobre si el presidente Arce es el ideólogo o el cajero del actual modelo económico, aparecen muchos padres y las envidias intelectuales están a flor de piel.
En primer lugar, este modelo no tiene nada de nuevo, es un recalentado, un q’oñichi del nacional desarrollismo y el extractivismo, que está en Bolivia desde hace 200 años, unas veces con más intervención del Estado, otras con la privada.
Es un modelo primario exportador basado en la explotación de recursos naturales, una economía informal gigantesca y un capitalismo de amiguetes.
El modelo económico se basaba en los excedentes del sector hidrocarburífero. En 2014, el Estado boliviano recibía de rentas petroleras 5.489 millones de dólares. Eso ha bajado en 2022 a 2.289 millones. Han desaparecido del Estado 3.200 millones de dólares por talento de los Chuquiago Boys, los que han gobernado antes y después.
El modelo económico hoy está en decadencia, porque ha habido eutanasia. Lo que ha hecho el Gobierno es matar su propio modelo.
Ahora dicen “yo no fui, fue teté”. No se olviden de que, cuando gobernaba Evo Morales, el jefe del equipo económico era Luis Arce, y la decadencia es responsabilidad de todos los que hoy se están disputando del poder.
Han matado a la gallina de huevos de oro todos los que han estado en el poder porque no han hecho las suficientes inversiones en hidrocarburos para que sigan funcionando las rentas para movimientos sociales, para política social, para obras... Simplemente se han suicidado sin que nadie intervenga.
Lo que pasa ahora es el resurgimiento en torno al mismo modelo económico simplemente porque quieren marearnos la perdiz con el tema político, pero son ellos los responsables de la falta de gas, falta de dólares, falta de producción, falta de recursos del Estado. Hoy se pelean por el muertito. Eso se llama necrofilia política.
Columnas de Gonzalo Chávez Álvarez