Tradiciones a la boliviana
Desde hace años, el 31 de octubre concita la atención especialmente de los niños quienes quieren “celebrar” la fiesta de Halloween disfrazándose de su súper héroe favorito o de algún otro personaje. Nada más divertido y sano que ver a los niños, siendo niños. Alejados de la tecnología que tanto nos preocupa. Sin embargo, no faltan aquellas personas que dicen que esto no es tradición, y que este tipo de fiestas extranjeras no se deberían celebrar.
Por supuesto, les doy toda la razón, porque no hay nada más tradicional en Bolivia que parquear en doble fila y arruinar la circulación a media ciudad, nada más tradicional que pedir fotocopia de carnet, “falta su firmita, su sellito, es con bolígrafo azul, fólder amarillo” y entrampar burocráticamente a la gente durante meses. Nada más típico que pedir todo bloqueando y con petardos en mano.
Nada más tradicional que talar los árboles porque “me molesta recoger hojas” y después quejarnos del calor. Nada más tradicional que mantener nuestras líneas de transporte público humeando y chatarreando, haciéndonos respirar monóxido de carbono, todos los días, porque es la tradición: “lindos son los micros”. Nada más tradicional que incendiar la selva porque es más fácil quemar todo para expandir tierras, en lugar de proteger a los árboles, tal cual sucede en otras partes del mundo donde no existe esta práctica abusiva y salvaje.
Nada más tradicional en Bolivia que envenenar los ríos con mercurio porque hay que sacar el oro como sea y así me puedo “volver el rey o la reina del oriente”, sacando además piedras preciosas que tampoco se quedan en el país y se van a la China (como los dientes de jaguar).
Nada más tradicional que llenarte de burócratas indulgentes con el jefazo de turno, cuando salen a sus asambleas para “pelearse” con el otro bando y atontar a la opinión pública de clase media haciéndole creer que hay pugnas al interior del partido azul, cuando en realidad es una mera pantomima distractora.
Nada más tradicional que importar tu auto chuto por Chile para hacerlo trabajar en el sindicato, que por cierto ya es libre de impuestos, y tiene todas las leyes a su favor, pero si tú te parqueas en línea amarilla la multa es de Bs 350 por el remolque del auto. Lindo negocio, por cierto.
Y hablando de multas, nada más boliviano que cobren solamente 1 UFV (Bs 2,46) por hectárea quemada sin autorización, porque por cierto ¿sabías que no hay nada más boliviano que una ley de quema y chaqueo controlado?
Así que cuando hables de tradiciones y empieces a protestar sobre el día de las brujas, diciendo que ese es un día oscuro y tenebroso, ponte a pensar ¿cuáles son las tradiciones que, en realidad, están matando a Bolivia?
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER