Implantación de las CBDC en Bolivia
Mediante un comunicado del Banco Central de Bolivia (BCB) se anunció que se promueve la presencia en el país de los dos bancos más grandes de China, con la llegada del Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y del Bank of China que promoverán el uso del yuan renminbi en las transacciones comerciales y financieras entre ambos países.
Muy contento, el presidente a.i. del BCB, Edwin Rojas Ulo, mencionó que el yuan renmimbi es una alternativa al dólar estadounidense: “tomando en cuenta también que la región se ve afectada por las restricciones impuestas por el sistema financiero internacional que limitan las opciones de financiamiento. Por lo tanto, es necesario reducir la dependencia del dólar estadounidense, diversificar nuestras relaciones económicas y fortalecer el uso de instrumentos alternativos como el yuan renmimbi”.
Pero, los yuanes no deben ser la única alternativa al dólar de EEUU, la resolución de directorio Nº 144/2014 del BCB prohíbe la compra y venta de criptoactivos en los sistemas electrónicos del sistema financiero boliviano. Utilizando las mismas palabras de Rojas, podemos decir que los bolivianos se encuentran afectados por restricciones impuestas al sistema financiero boliviano que limitan sus opciones, por lo tanto, es necesario levantar y eliminar las barreras legales que prohíben, más bien, diversificar las relaciones económicas y fortalecer el uso de instrumentos tecnológicos alternativos como el bitcóin (BTC).
Estas afirmaciones se realizan en un escenario internacional donde el grupo BRICS. y sus nuevos aliados: Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Brasil y Argentina pretenden abandonar el dólar estadounidense en sus relaciones comerciales.
También, los gobernantes empiezan a proponer y experimentar con las monedas digitales de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés), pretendiendo emular el éxito capitalista de origen privado y descentralizado llamado bitcóin, para implementar proyectos estatales y centralizados que son un fracaso como el de Venezuela con el Petro, moneda digital del gobierno de Nicolás Maduro, también en Nigeria con el E-Naira. Ninguno de los dos proyectos funciona como sus planificadores esperaron, pero candidatos al gobierno como el argentino Sergio Massa prometen el uso de una moneda digital como solución a la inflación.
Sin embargo, es China quien avanza seriamente con su yuan digital, también conocido como e-CNY que para competir contra el dólar de EEUU tiene que expandirse, aumentar el tamaño de su mercado, usuarios y capitalización. Para lograr ese objetivo trabajan desde el año 2019, logrando pasar su fase de experimentación en diversos cantones. Con el fin de evitar la competencia al e-CNY, el Gobierno chino ha prohibido el BTC, persiguiendo a sus usuarios y restringiendo la expansión de otros criptoactivos. El fin es lograr la digitalización total del dinero, desechando por completo el físico. Así, el Gobierno chino tiene control total de la emisión, infraestructura, manejo, uso y supervisión de la moneda, incluso hace unos días se pagó un millón de barriles de petróleo con el yuan digital según informa el Centro de Intercambio de Petróleo y Gas de Shanghái.
Bo Li, subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, quien por mucho tiempo trabajó en el Banco Popular de China y también fue director del Departamento de Política Monetaria y de Política Monetaria II de China dijo: “ese dinero se puede orientar con precisión para qué tipo de personas pueden poseerla y para qué tipo de uso se puede utilizar, por ejemplo, para alimentos”. Esa declaración evidencia que las CBDC serán herramientas de control y vigilancia estatal, pues de esa manera el dinero deja de ser parte de la propiedad privada y se elimina la privacidad.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central de Europa, declaró: “No habría un anonimato completo como lo hay con... los billetes de banco”, sostengo que la idea de este plan es: “No tendrás nada y serás feliz”.
Así, vemos cómo se va implantando una agenda mundial en Bolivia.
El autor es representante del Instituto Libertad Capitalismo y Empresa (ILCE)
Columnas de LUIS CHRISTIAN RIVAS SALAZAR