Una maniobra del socialismo del siglo XXI
Últimamente, alguna imperceptible corriente financiada desde el exterior ha empezado a preparar sigilosamente el recambio del plurinacionalismo por el multiculturalismo. En realidad, estos dos proyectos internacionales son primos hermanos. El multiculturalismo adorna engañosamente a las Constituciones de casi todos los países latinoamericanos con la falacia de la reivindicación de la cultura y los derechos indígenas.
Tal como refieren sus nombres el uno, el multiculturalismo, falsamente se dirige a las supuestas reivindicaciones jurídico formales de los pueblos indígenas, que nunca se cumplen, lanzando el anzuelo del respeto de su “cultura”, mientras que el otro, el plurinacionalismo, apunta principalmente no solo a la cultura sino al falaz “derecho de las naciones”, gravedad del caso pues su propósito en realidad es la división del Estado en pluralidad de naciones, para su destrucción.
El plurinacionalismo es la forma más avanzada del multiculturalismo y hasta ahora ha sido ensayado en un solo país: Bolivia, donde, habiendo cumplido sus metas principales, se prepara para mudar disimuladamente su plan hacia el multiculturalismo pensando en un adelanto de las elecciones generales y en una reforma constitucional, antes de que la crisis económica explote en manos del Gobierno.
Este recambio, del plurinacionalismo al multiculturalismo, es la verdadera causa poco visible de la reyerta intramasista más allá de la corruptela y las ambiciones de poder de sus actores. Sea quien sea el que triunfe será el operador ya no del plurinacionalismo destructivo, si no del multiculturalismo nocivo siguiendo el libreto del socialismo del siglo XXI. La “oposición” mantendrá su rol de reserva secundaria.
El tránsito del plurinacionalismo hacia el multiculturalismo no es un retroceso del poder mundial sobre Bolivia, sino es una orden de nueva administración de gobierno una vez que el plurinacionalismo ya ha devastado al Estado nacional conforme al encargo que se le encomendó al MAS hace casi 20 años.
En 2022 mediante plebiscito constitucional se intentó introducir el plurinacionalismo en Chile y el pueblo chileno percatado de este engaño lo rechazó de manera aplastante.
Ojalá el pueblo boliviano asumiera la misma conducta rechazando al multiculturalismo del socialismo del siglo XXI que se viene.
El autor es jurista
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA