Infierno
Hace unas semanas murió el astrofísico canadiense Hubert Reeves quien formuló una frase adecuada para iniciar este espacio: “el hombre es la especie más insensata, venera un Dios invisible y masacra a una naturaleza visible, sin saber que esta naturaleza que él masacra, es ese Dios invisible que él venera”.
Hace unos días, una mujer con señales de perturbación mental, prendió fuego a una estatua de Santiago Apóstol en El Paso que sufrió daños menores, los comentarios en la noticia le deseaban el mismo infierno y el castigo divino.
Vivimos en el infierno de Dante, centenares de miles de hectáreas de bosques incendiados, millones de animales muertos, y nos duele la capa rostizada de una escultura. “Que alguien haga algo porque tenemos otras prioridades”, “que Diosito haga llover y que sea una bendición”, mientras el mismo Diosito dice “yo les di bosques, ustedes los quemaron, yo les di aire limpio, ustedes lo contaminaron, yo les di abundante vida y ustedes la destruyen por codicia, y ahora me piden para apagar el fuego que ustedes encendieron, el milagro no es que llueva, sino que dejen en paz al planeta”.
¿Y ahora qué hacemos? Marchar, manifestar, protestar, sí, pero antes hay que leer primero las reglas del juego.
Para derogar leyes, para exigir acciones y hacer que el Estado cumpla su trabajo debes entender que el vínculo entre sociedad y Gobierno está, primero, en la Asamblea Legislativa, conformada por las cámaras de Diputados y Senadores ¿Sabes quiénes son los diputados que representan a los habitantes de tu circunscripción electoral y los senadores que fueron elegidos para representar a tu departamento?
Y, segundo, ese vínculo está también en los niveles de gobierno departamentales y municipales. ¿Sabes quiénes son tu gobernador y tu alcalde?
Por lo tanto, pongamos nombre y apellido a los responsables administrativos de los lugares donde están sucediendo los feroces incendios: gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho; senadores Centa Rek, Henry Montero, Soledad Flores, e Isidoro Quispe.
Resulta muy cómodo que las autoridades electas se dediquen a decir por TikTok lo mal que estamos, cuando en realidad su trabajo es facilitar y canalizar las gestiones políticas para las medidas adecuadas, sean o no de su bancada, resulta muy cómodo que sea la misma ciudadanía la que termine haciendo presión contra la insensatez, mientras los elegidos para el cargo, andan contando sus likes.
Si los problemas del país no se resuelven en la Asamblea, entonces ¿Para qué la tenemos? ¿Qué tal si donan un mes de salario a los valientes bomberos que están enfrentándose a las llamas? Ese será su mejor aporte.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER